¡Ay del mundo por los escándalos! porque necesario es que vengan escándalos; mas ¡ay de aquel hombre por el cual viene el escándalo! Mateo 18.7
Por más que un escándalo pueda afectar a una iglesia (grupo de no convertidos y convertidos), jamás puede afectar a la Iglesia (los nacidos de Dios).
Note los dos “ayes” en el versículo anterior. Según el Señor Jesús, los verdaderos alcanzados por un escándalo son:
(1) el mundo, pues se decepciona con la iglesia que es supuestamente la que le ofrece ejemplo de salvación, y
(2) el que causa el escándalo, pues cargará la culpa de haber llevado a muchos al infierno.
Quien teme a Dios y cuida su propia Salvación y la de los demás, se esfuerza para JAMÁS causar escándalo.