“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Proverbios 22:6
Estadio Anfield, Liga de los Campeones de Europa. En el campo, el inglés Liverpool recibe al israelita Maccabi Haifa por la fase de grupos. Como es de rutina, la hinchada roja hace al estadio hervir empujando a su equipo a enfrentar al visitante. Son 29 minutos de cantos hasta que un silencio escalofriante cae sobre el estadio.
El brasileño Gustavo Boccoli, mediocampista de Maccabi, lleva la pelota hasta medio campo, sigue con su compañero, pasa entre cuatro marcadores y, con categoría y potencia, patea hacia el fondo del arco. Gol de Maccabi. Y la sonrisa se dibuja en los rostros israelitas.
Casi 7 años después, a más de 3 mil quilómetros de distancia, un niño de 13 años viste con orgullo el mismo uniforme alviverde. Repite la jugada de Anfield, pero, en vez de celebrarla con Yaniv Katan, es el propio Gustavo Boccoli quien recibe el abrazo.
Actualmente, en la ciudad de Haifa, esa imagen ya es común.
Gustavo Boccoli (foto) es jugador de fútbol profesional hace casi 15 años y defiende la camiseta del Maccabi Haifa desde la temporada 2004-2005. Desde ese tiempo, disputó 250 partidos, hizo 33 goles y fue campeón 6 veces, 4 de esos campeonatos, fueron nacionales.
Los números y las buenas actuaciones hacen que el futbolista brasileño sea admirado entre los israelitas. En 2006, fue elegido el jugador de fútbol del año, en Israel.
Por lo tanto no es sorpresa que los niños aprovechen tanto las clases de fútbol dadas por él en el proyecto Escuelita de Fútbol, creado por la Iglesia Universal de la región.
Haifa es la mayor ciudad del norte de Israel, y la tercera más grande del país, después de Jerusalén y Tel Aviv, capitales nacionales. Con una población de casi 265 mil habitantes, abriga, en su mayoría, a árabes y judíos. Al contrario de lo que sucede en muchas regiones, el clima entre esas dos culturas es amistoso.
La Universal está presente en Haifa hace aproximadamente 1 año y, desde entonces, ha atraído cada vez a más fieles. Con el objetivo de evangelizar y llevar apoyo social y espiritual a los habitantes de la región, se realizan varios proyectos sociales, entre ellos el estudio del libro “El Perfil del Joven de Dios”, de Renato Cardoso, que tiene como meta concientizar a los jóvenes.
“La gran mayoría de los jóvenes que recibimos en nuestro Centro de Ayuda son israelitas y enfrentan diferentes problemas, como vicios, problemas familiares y discriminación (de raza y religión)”, explica Israel Ameno, coordinador de la Fuerza Joven en Haifa. “Por medio del estudio, ellos han aprendido la auto-valorización, el respeto y el amor por sus familias, a pesar de que estén en el medio de varios conflictos. Esto ha dado resultados beneficiosos cuando miramos el antes y el después en sus vidas.
“Fue por medio de ese trabajo con los jóvenes que, hace 3 meses, surgió la Escuelita de Fútbol. En el proyecto, cerca de 15 adolescentes reciben entrenamiento y consejos de los voluntarios, incluyendo al jugador Gustavo Boccoli.
“Yo puedo decir que si no estuviera buscando la presencia de Dios y firme con el objetivo de vencer, no habría llegado adonde llegué. Hoy soy reconocido profesionalmente aquí y todo el mundo sabe que yo soy cristiano”, cuenta. Esa Elección de Gustavo hizo que aceptase compartir su experiencia y su conocimiento en ese área.
Educar a los pequeños con respeto, amor y fe es, antes que nada, enseñarles a los niños el camino por el que deben andar. Y una vez en él, no se desviarán.