“Un día más, una semana más, un sábado más y un domingo más. ¡Vaya suerte la mía!” Hay muchas personas que piensan así, y por eso caen en la comodidad. Protestan todo el día, pero no hacen nada para salir de la situación.
Es fácil protestar, no necesita hacer esfuerzos, basta con abrir la boca y listo. Lo realmente difícil es salir del lugar de comodidad y buscar una opción, una solución para los problemas.
Pero, un minuto, ¿nuestra vida no está en las manos de Dios? ¿No es Él quien dice que si o que no a las cosas? Claro que sí. Pero ¿cómo saber? Basta dar un paso, que Él le mostrará lo que falte.
Cuando la lluvia cae, ¿qué hacemos? Cerramos las ventanas. Lo contrario también sucede. Eso es lo que ocurre cuando buscamos una dirección de Dios. Si ese no es el camino a recorrer, las puertas se cierran, sin explicación. Pero la bendición está por ahí, las piezas se encajan y todo sucede en el tiempo correcto, sin forzar nada, naturalmente.
” No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2
Sólo es posible saber cuál es la buena, perfecta, y agradable voluntad de Dios cuando nos abrimos hacia la transformación de la mente. Si se queda estancado en un lugar, esperando que las oportunidades “caigan del cielo” o que alguien golpee su puerta, el tiempo pasará, al igual que las nuevas experiencias. El crecimiento personal, profesional, económico e, incluso, espiritual quedarán atrás. Es necesario dar el primer paso.
Abra los ojos y vea de una forma diferente el mundo que lo rodea. Advierta las nuevas oportunidades, los nuevos caminos a descubrir y por hacer. Haga algo de valor para sí mismo. Con seguridad, si eso fuera algo inspirado por Dios, las puertas se abrirán. Pero no se entristezca si no sucede, agradezca, usted no sabe de lo que Él le libró.
Esté atento, no piense que solamente porque tuvo una respuesta negativa, todas serán así. Observe de nuevo, comience de nuevo. ¡Quien busca, encuentra!
” Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.” Jeremías 18:2