Laura Prado logró encontrar la paz interior después de conocer la Universal: “Desde chica sufrí los problemas en mi casa. Mis padres tomaban todo el tiempo y se agredían física y verbalmente. Estaba angustiada y a medida que iba creciendo, me encerraba más en mi misma.
Tenía depresión, siempre estaba sola, y lloraba todo el tiempo. No confiaba en las personas y eso me llevaba a estar sola, alejada de todo y de todos.
Pensaba en quitarme la vida, sentía que me perseguían y no podía dormir de noche.
Hasta que mi hermano conoció la Universal y me invitó. El primer día que llegué a la iglesia, me fui mucho más tranquila. Así fui perseverando y con el tiempo Dios transformó mi vida. Ya no tengo angustia, tampoco desesperación, en mi familia ya no hay más peleas, ni vicios. Ahora puedo hablar con otras personas, gracias a Dios cambié mi forma de pensar. En mi casa se puede hablar, hay unión, amor y yo estoy muy bien”.
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