Susana Umpierrez llegó a la Universal luego de ver la programación de televisión de la iglesia, estaba cansada de la vida que llevada, ya no soportaba seguir sufriendo. Cuando descubrió el poder de la fe, enfrentó todos sus problemas y alcanzó la vida que tanto quería.
Ella sufría con dolores de cabeza constantes, miedo, insomnio, y nerviosismo. Además, tenía problemas espirituales que no la dejaban vivir en paz, pues escuchaba voces cuando no había nadie cerca. Esta situación fue llevándola a la depresión y llegó a intentar quitarse la vida tomando pastillas.
Ella también estaba enferma, durante 22 años tuvo otitis, esto le generaba mucho dolor, y se sumaba a los padecimientos propios de la gastritis y los quistes en los ovarios. Estaba muy mal porque tenía hemorragias. En esta situación ella concurría a los médicos pero no le daban un diagnóstico preciso, estaba desolada.
La familia padecía con todo esto, la veían enferma, nerviosa y angustiada. “Yo había sido muy maltratada por mi madre y por todo lo que me pasaba me había vuelto una mujer muy agresiva, recuerdo que agredía a mis hijos. Sin darme cuenta estaba siendo igual que mi madre”, reconoce ella.
Poco a poco la situación empeoraba y llegó a no tener para darle de comer a sus hijos, en esas condiciones ella se acercó a la Universal. Al participar de las reuniones se dio cuenta de que ella tenía una fe y que si la usaba podría cambiar su situación. “Fui libre del tormento espiritual, Dios me sanó y me dio una familia bendecida porque me casé con un hombre maravilloso. Además, avancé económicamente, hoy tengo mi propio emprendimiento”, afirma Susana sonriendo.
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