La entrada del lujoso edificio en Chelsea, New York, superpoblada de periodistas, curiosos y policías, daba pistas de lo ocurrido. Cuando el asesor llegó al departamento, alrededor de las 10 de la mañana de un lunes, ya era demasiado tarde. El cuerpo estaba caído, colgado del cuello por una bufanda, y la poderosa estilista que una vez vistió a personas como Angelina Jolie y Kate Moss ahora mostraba la debilidad de su alma. No soportó los desafíos.
La muerte de L’Wren Scott conmovió no solo al mundo de la moda, sino también al de la música. Su novio, el rockstar Mick Jagger, quedó devastado y pospuso por tiempo indeterminado su tour.
“Aún estoy luchando para entender cómo mi amor y mejor amiga pudo terminar con su vida de esta forma trágica”, se lamentó en un comunicado. “Pasamos muchos años maravillosos juntos y teníamos una gran vida. Nunca voy a olvidarla.”
Estaban juntos desde el 2001 y Jagger, así como gran parte de los familiares de suicidas, no notó la grave situación en la que ella se encontraba. El periódico español La Vanguardia afirma que Jagger sabía sobre la deuda de 4,6 millones de libras de L’Wren y le ofreció dinero, que no aceptó. Ver el punto al que todo llegó lo dejó devastado. Una persona que decide ponerle fin a su pasaje por este mundo, también se lleva pedazos de vida de quien se queda.
El enemigo corre por aquí
El suicidio es una de las formas más comunes de muerte en el planeta. Todos los años, alrededor de 1 millón de personas desisten de luchar y deciden apagar su futuro en la Tierra aun antes de escribirlo.
Esta amenaza afecta a personas de todas las edades, creencias y nacionalidades. En promedio, cada 40 segundos una persona se quita su propia vida, haciendo del suicidio la tercer mayor causa de muerte en el mundo entre los jóvenes y adultos hasta los 34 años de edad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El peligro, sin embargo, no se limita a esta línea de edad. Aunque la mayoría de los casos ocurra entre personas con más de 60 años, esta es la mayor causa de muertes entre adolescentes brasileños de 15 a 19 años.
Incluso según la OMS, en los últimos 50 años el número de suicidios creció cerca del 60%.
Parecía que el suicidio era la única salida, pero tuvo un final feliz
Miriam Barrera sufrió una situación traumática que la afectó para el resto de su vida, a los 23 años sufrió un abuso que la llevó a estar en un estado depresivo constante y a sentir un vacío enorme en su interior. A partir de ese momento su vida se convirtió en un verdadero infierno. Su familia estaba destruida, ella se enfermó de fiebre reumática, tenía miedo e insomnio y se volvió tan nerviosa que llegó a pensar en quitarse la vida. Tuvo dos intentos de suicidio, una vez tomó un frasco lleno de pastillas y la segunda vez preparó la bañera con agua y cables pelados.
Sus días eran interminables, hasta que un día vio la programación de televisión de la Universal y decidió darse una oportunidad. Entonces, comenzó a participar de las reuniones, cuando aprendió a usar su fe de manera efectiva, sumado a sus desafíos con Dios en los propósitos y en las Campañas de Israel, su vida fue cambiando. A pesar de tantos años de sufrimiento se abrieron las puertas hacia una vida diferente, la vida que siempre quiso tener. Miriam fue libre de la depresión, del insomnio, del miedo y del nerviosismo. Los traumas del pasado fueron superados y también fue sanada de fiebre reumática. Su familia fue restaurada y hoy disfruta de una realidad diferente. “Jesús llenó ese vacío que había en mí y me hizo completamente feliz”, afirma. Ella concurre a la Universal de Córdoba en Rivadavia 50.
Si está pasando por algo similar, acerquese hasta una Iglesia Universal y tendrá infinitas razones para vivir. Lo esperamos en Av. Corrientes 4070, Almagro. O puede buscar una dirección más cerca de su casa, haciendo clic aquí.
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