Había una ciudad donde las leyes eran muy rígidas. Cuando alguien cometía un delito, además de pagar por él, también se marcaban las iniciales de lo que había hecho en su frente para que todo el mundo supiera qué clase de crimen había cometido esa persona.
Dos hermanos fueron arrestados culpables de homicidio y por ser deudores, y tuvieron las iniciales HD (Homicida y Deudor) marcadas en su frente. Al salir de la cárcel, uno de los hermanos se cansó de buscar trabajo y de ser rechazado por todos los que lo miraban con desprecio por las acciones de su pasado. Y dijo: “No sirve de nada todo lo que yo haga, todos ya me miran como un homicida y deudor, así que viviré de cualquier manera.” Entonces, se fue y continuó actuando incorrectamente.
El otro, arrepentido de lo que había cometido, continuó su camino, enfrentando los obstáculos y esforzándose para hacer lo correcto. Conoció a una mujer de Dios, comenzó a ir a la iglesia y se convirtió.
Después de un tiempo, un muchacho intrigado por la marca que veía en la frente de aquel hombre, le preguntó a su abuelo:
— Abuelo, ¿qué es lo que significan esas letras ‘HD’ en la frente de ese hombre? Su abuelo se rascó la cabeza y le respondió a su nieto:
— “No recuerdo muy bien, pero creo que significa ‘Hombre de Dios’ porque la conducta de él es ejemplar y respeta mucho a Dios.”
No importa la marca que le han puesto o lo que haya hecho en el pasado; usted puede transformar eso en algo especial. Todo depende de su actitud ante esto. Usted puede detenerse y aceptar que ya no tiene más remedio o mirar hacia adelante, para tomar actitudes correctas, dar un buen testimonio y cambiar el significado de su vida.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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