Un estudio realizado y publicado por la Universidad de Michigan (Estados Unidos) afirma que casarse genera una carga extra de trabajo para las mujeres, lo que aumenta considerablemente su nivel de estrés.
De acuerdo con la investigación, que analizó los datos registrados desde 1968, el matrimonio y la crianza de los hijos pueden equivaler a 28 horas adicionales de trabajo por semana, teniéndose en cuenta el cuidado de los niños, la limpieza de la casa, los quehaceres en la cocina, etc.
“Es un patrón muy conocido. Incluso si hay una redistribución significativa de trabajo después del matrimonio. Los hombres tienden a trabajar más fuera de casa, mientras que las mujeres asumen la mayor parte de las tareas del hogar”, afirma Frank Stafford, el especialista que dirigió este estudio.
Los números muestran que las mujeres jóvenes y solteras dedican aproximadamente 12 horas semanales en trabajos domésticos, mientras que las mayores y casadas gastan más del doble de su tiempo en eso, teniendo menos oportunidades de cuidarse a sí mismas y a su salud.
¿Cuál es la solución?
Evidentemente, permanecer soltera, incluso queriendo casarse, no es la solución para librarse del estrés. Tampoco despreciar las tareas domésticas hará que la mujer casada sea más feliz.
En su blog personal, la conferencista Cristiane Cardoso, autora del libro “Matrimonio Blindado”, asume que la vida de una mujer casada puede ser estresante, pero explica que es posible y depende de la pareja que eso no suceda.
“Nuestra vida es ajetreada, y cada día se ha vuelto más. En los últimos días he tratado de adaptarme y mejorar mis planes, porque la vida parece que tiene cada vez más actividades” asume ella. “Es por eso que necesito buenos hábitos de organización. Una rutina sólida es esencial para ayudarme a ser organizada cada día y sentirme en el control de todo lo que necesito hacer en mi lista de tareas.”
Sentir que no tiene el control es justamente el punto que más estresa a las mujeres, según la investigación de la Universidad de Michigan. Cuando la esposa cree que tiene más tareas de las que es capaz de cumplir, comienza su sufrimiento.
Para combatir este problema, la solución que da Cristiane es eficaz: “Si la desorganización está congestionando su vida y, como resultado, usted se siente frustrada y dispersa, es momento de organizarse”, garantiza.
Y para ayudar en la organización, el hombre también debe ser capaz de ayudar. “No es malo que ustedes se ayuden el uno al otro, sin embargo, esta ayuda debe ser dada de corazón, y no por obligación.”
Actuando de este modo, la escritora logra cuidar lo que más valora en su vida: “Y todo, todo lo que hago, lo hago alrededor de las dos cosas más importantes de mi vida: mi fe y mi matrimonio. Por los dos, dejo todo, porque uno afecta al otro y, consecuentemente, afecta a todo lo demás que hago en mi vida.”
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