La vida de Alfredo es una prueba más de que los vicios tienen cura: “Estuve 23 años en los vicios: el alcohol, el tabaco, la marihuana y con el paso del tiempo me involucré con la cocaína, el paco y el crack. Todo comenzó en mi adolescencia, nunca me faltó nada, era una familia de bien. Cuando tenía 12 años falleció mi padre y ahí se desarmó la familia. Mis amigos se drogaban y me empezó a parecer normal lo que hacían. Durante un tiempo me resistí, pero un día probé la marihuana y me gustó. Después de 15 días ya tomaba cocaína, entonces empecé a tener problemas de conducta y le sacaba dinero a mi madre. Llegó un momento que consumía todos los días.
Tenía muchos vicios, mi mamá y mi hermano notaron que faltaban cosas. Les sacaba electrodomésticos a mi mamá, y también dinero. Ella no sabía cómo encarar la situación, no reconocía que tenía un hijo que estaba enfermo, que era un adicto a las drogas. Me echó de casa a los 17 años, y fui a vivir en la calle, a veces en lo de un amigo. Pero los amigos que me ofrecían ayuda estaban peor que yo.
Lo único que me enseñó la calle fueron cosas malas. Con el tiempo comencé a robar para poder consumir, estuve preso. Pasaba el tiempo y cada vez la cosa se iba complicando más. Ya no creía en mí mismo, no podía conservar un trabajo, no podía consolidar una relación. Toda la plata que pasaba por mis manos terminaba convertida en drogas, así se me fue la vida.
Conocí a quien hoy es mi esposa y pensé que, si armaba una familia, mi vida iba a cambiar, pero no fue así. Fue peor, porque ella también se drogaba, entonces consumíamos juntos. Había probado todo tipo de tratamientos: psicólogos, psiquiatras, me había internado unos meses en una granja de recuperación y en esos lugares no encontré la solución. Lo primero que hacía cuando salía era ir a drogarme de nuevo. Entonces yo tenía en la cabeza que no había solución, había una voz que me decía `de esta no vas a salir´.
Mi peor momento fue cuando mi internaron en un neuropsiquíatrico. Consumía paco y crack delante de mi hija, vivíamos en un monoambiente y yo me drogaba. Mi hija y mi señora se iban a dormir y yo me seguía drogando, ellas aspiraban sin querer el humo del paco y del crack que yo consumía.
Hoy mi vida es totalmente diferente, ya no hay vicios, no necesito consumir nada. Antes necesitaba alguna sustancia para ser feliz. El Tratamiento me ayudó mucho, me ayudó a vencer día a día. No fue de un día para otro, pero me ayudó a pensar diferente, me ayudó a ser una persona positiva y a estar convencido de que iba a ser feliz, que iba a dejar los vicios. Ahora vivo para mi familia, antes golpeaba a mi esposa y ahora eso se terminó. Fui una persona que estuvo sin trabajar durante 10 años, hoy tengo mi empresa con 6 empleados, fue una transformación total. Todo lo que perdí lo estoy recuperando, el Tratamiento es efectivo y a mí me transformó la vida”.
Participe usted también de la reunión de la Cura de los Vicios y compruebe en su vida o en la de un ser querido que existe una salida para este mal. Lo esperamos este domingo a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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