Eternidad, he aquí una palabra que no podemos entender completamente … nuestra comprensión de lo que es eterno es mediocre y por eso tenemos mucho más facilidad para enfocarnos en lo que no es eterno … nuestro cuerpo, nuestros bienes, nuestra reputación, nuestras redes sociales, nuestro propio mundo, etcétera
Normalmente no pensamos en ello, preferimos ni pensar, pero la realidad es que sí, somos eternos.
Nacemos un día sólo que no morimos por completo, sólo nuestro cuerpo (en el que tanto invertimos) va a morir y convertirse en polvo. Mi alma va a seguir viva y coleando.
Ella es eterna y pasará la eternidad en uno de los dos únicos lugares: en el cielo con nuestro Señor a quien elegimos en vida o en el infierno, donde nadie escoge pero por no haber escogido al Señor Jesús, su eternidad acabó en la única otra opción.
En la fe del DIGA EL DÉBIL, FUERTE SOY.