Dios no nos libra de enfrentar los problemas cotidianos. No libró a Daniel de llegar a la cueva de los leones, pero les cerró la boca. Ni evitó que sus amigos fuesen lanzados al horno extremadamente ardiente, pero no dejó que se les quemara ni un pelo.
A los que aspiran a las riquezas, prepárense para las persecuciones:
“… En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de Mí y por causa del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna” (Marcos 10:29-30).
Quien piensa que seguir y servir al Señor Jesús es estar libre de los problemas, olvídelo.
Quien piensa que estar lleno del Espíritu de la Paz es estar libre de problemas, también olvídelo.
La paz del Espíritu Santo es en el interior, nunca en el exterior.
Por mayores que sean las bendiciones espirituales o materiales, los problemas siempre existirán. Forman parte de la vida con Dios, o sin Dios. No hay sosiego de problemas aquí en la Tierra.
Una cosa es segura: Dios nos ha dado herramientas capaces de superar todo tipo de problema. ¡Gloriémonos en eso!
A los cristianos que vivían en Roma, capital del pecado, Pablo les dirigió las siguientes palabras:
“… nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza” (Romanos 5:2-4).
O sea, de la misma forma como debemos alegrarnos en la esperanza de la gloria de Dios, también debemos alegrarnos en los problemas cotidianos.
Son estos los que nos enseñan, en la práctica, la perseverancia, las experiencias de fe y a conservar nuestra esperanza. Eso significa materialización de la fe sobrenatural.
Son los desiertos los que nos hacen madurar y preparan a los siervos de Dios.
Si Jesús tuvo que ser llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser preparado, ¿cómo habremos de evitarlo nosotros?
La fe no es una herramienta solo de conquistas gloriosas, sino también de defensa.
Participe de la Escuela de la Fe Inteligente todos los miércoles a las 8 h, 10 h, 12 h, 16 h y, principalmente, a las 20 h, en Avenida Corrientes 4070, Almagro, o en la Universal más cerca de su domicilio.
Si en su localidad rigen las medidas sanitarias que le impiden participar de las reuniones de manera presencial, usted podrá hacerlo de manera online, a las 20 h, a través de:
*La radio Red Aleluya FM 106.3 y en todas sus repetidoras del país o por Radio Buenos Aires AM 1350.
*La App Red Aleluya Argentina. Podrá descargarla gratuitamente a través de App Store o Play Store.
Si usted quiere comunicarse con nosotros, puede hacerlo llamando al (011) 5252-4070.