Quien espera un milagro como si fuese magia de Dios, jamás lo verá. El milagro no depende solo de la acción del Espíritu de Dios, sino de una sociedad con el que cree en Él y se pone en acción.
Desde la creación del hombre, Dios nunca hizo ningún milagro en la Tierra sin la participación de Su criatura. Él creo a los animales, pero le correspondió a Adán la tarea de darles nombres. Señal de Su autoridad dada a Adán sobre la Tierra.
Por eso, Pablo afirma que somos colaboradores de Dios. (1 Corintios 3:9)
Vea la sociedad en los sueños. Si el deseo está rigurosamente de acuerdo con la voluntad de Dios, entonces ese deseo viene de Dios. Y, así como da el sueño, Él también da condiciones para que la persona lo realice.
Su realización comienza en el interior a partir de actitudes de fe.
Si deseo realizar un sueño, entonces necesito tomar actitudes en dirección a él. Mis actitudes de fe tienen que ir hasta donde puedo. Tengo que agotar mis esfuerzos personales en él y jamás perderlo de vista.
En la práctica es lo mismo que casarse, por ejemplo. No tengo a nadie ni condiciones económicas, nada… Solo el gran deseo de casarme. A partir de ahí comienzo a armar el ajuar. Primero compro las cosas más baratas. Todos los meses, de acuerdo con mis posibilidades, voy añadiendo algo a mi ajuar. ¡Eso es pura fe práctica!
En la sociedad con Dios, cada héroe de la fe hizo su parte.
1.Noé construyó el arca bajo la dirección Divina. Al terminarla, Dios envió el diluvio;
2.Abraham salió de su tierra bajo la dirección Divina. Como resultado, Dios hizo de él una gran nación;
3.En respuesta a la dirección Divina, Moisés extendió el cayado y tocó el Mar Rojo. Dios envió un viento y lo separó para que el pueblo pasara;
4.Inspirado por Dios, Josué oró, y Dios hizo que se detuviera todo el sistema solar;
5.Dios orientó a Gedeón para que rodeara a los enemigos con solo trescientos hombres. Los enemigos eran los madianitas, los amalequitas y todos los pueblos del Oriente. Ellos cubrían el valle como una multitud de langostas…(Jueces 7:12)
La visión física de Gedeón era pavorosa, pero la espiritual, gloriosa. Dios hizo que el terror se apoderara de los enemigos y ellos mismos se mataron;
6.El Señor untó los ojos del ciego de nacimiento con barro y lo envió al estanque de Siloé a lavarse; al hacerlo, inmediatamente comenzó a ver.
Si Dios ha obrado tanto el querer como el realizar, según Su voluntad, ¿qué ha hecho usted para realizar su sueño en sociedad con Dios? (Filipenses 2:13)