Pentecostés fue el día de la fiesta de las primicias. Dios bajó para recibir las primicias de sus discípulos, de sus siervos. Así también Él lo hace para aceptar las nuestras, los primeros 10% de todo lo que pasa por nuestras manos y Él nos dará su primicia que es el Espíritu Santo.
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo…”, (Hechos 2:1-4).
Ellos estaban juntos y unánimes, es decir en espíritu de oración. Sus mentes y corazones estaban en las cosas de Dios, ellos esperaban la venida de Su Espíritu. Cuando estamos reunidos pensando en las cosas de Dios el Espíritu Santo viene.
Eso es lo que sucederá durante el Ayuno de Daniel hasta el 26 de agosto. Serán 21 días en los que estaremos lejos de información secular, pero no solo para aislarnos. Durante esos días usted hará lo posible por alejarse de este mundo para purificar su vida y enfocarse en las cosas de Dios, con sus ojos puestos en Jesús. Este propósito es para que uno pueda zambullirse en la Palabra y los pensamientos de Dios, el Espíritu Santo llenará su vida. Tenemos emisoras de radio, también programas de televisión, tiene todo para que su corazón esté ocupado en las cosas de Dios.
Lo más importante en nuestra vida es el bautismo en el Espíritu Santo, cuando Lo recibe, pasa a ser testigo de Jesús. ¿Cómo podemos ser testigos de alguien que no hemos visto? Cuando Su espíritu entra y nos hace Suyos porque Él quiere llenar nuestra vida.
Aprenda más sobre la vida espiritual, este domingo a las 7 y 9:30 h en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted.
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