¿Cómo obtener más fe? Cuanto más se oye la Palabra de Dios, más fe se posee. El Espíritu Santo, a través de Pablo, enseña lo siguiente:
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Romanos 10:17
Pero la prédica de la Palabra de Dios solo alcanza a los humildes de corazón, ya que solamente ellos tienen oídos para oír. Es interesante observar también que oír no significa meramente escuchar, sino dar atención, registrar, colocar en el corazón, practicar y dar importancia.
El oír la Palabra de Dios con esos significados no solamente produce fe, sino también perfecciona a los cristianos.
El fortalecimiento en la fe significa el aumento en la calidad de fe que se posee. El Señor Jesús habla del tamaño de la fe, cuando se refiere al tamaño del grano de mostaza; eso quiere decir que es posible tener poca o mucha fe. En determinado momento de Su ministerio, el Señor Jesús los llamó a Sus discípulos hombres de poca fe:
“Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.” Mateo 8:26
En otro momento, elogió la fe del centurión, considerándolo un hombre con una calidad de fe superior:
“Al oírlo Jesús, Se maravilló y dijo a los que Le seguían: De cierto os digo, que ni aún en Israel he hallado tanta fe.” Mateo 8:10
Como hemos visto, el fortalecimiento en la fe se da cuando se oye la Palabra de Dios, pero sobre todo, cuando la fe, por menor que sea, es puesta en práctica. La fe, para el espíritu, es semejante al ejercicio para el cuerpo. La persona que no ejercita su cuerpo queda lánguida, sin motivación, sin ánimo, debilitada, indispuesta, envejece más rápido y se expone más a las enfermedades. De la misma manera, el cristiano que no ejercita su fe, esto es, que no la pone en acción, está arriesgándose a ser un creyente débil, sin motivación, problemático y sin esperanzas, lo que ciertamente lo llevará a la muerte espiritual.
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