Los pedazos de cerámica encontrados cerca de la Fuente de Gihón, en las cercanías de la Ciudad de David, Jerusalén, pertenecen a la época de la destrucción del Templo de Salomón. El descubrimiento incluye fracciones de vasijas, pequeñas estatuas y lámparas de aceite, las que fueron catalogadas por los especialistas de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA). La pieza que les llamó más la atención a los arqueólogos fue el fragmento de un recipiente de barro con inscripciones en hebreo antiguo.
Las inscripciones mencionan a personajes bíblicos del siglo 7 antes de Cristo (a.C.), período en el que tuvo lugar la destrucción del Primer Templo. Uno de los nombres es el de Zacarías, padre del profeta Jahaziel, como consta en el Antiguo Testamento:
“Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu del Señor en medio de la reunión” 2 Crónicas 20:14
Dios, por medio de Jahaziel, le reveló a Judá y al rey Josafat que los libraría de una batalla contra los soldados moabitas y amonitas.
Joe Uziel y Nahshon Zanton, arqueólogos de la IAA, explicaron que la inscripción de dicho fragmento es del período de los siglos entre 8 y 7 a.C., entre el reino de Ezequías y el de Sedequías – cuando Jerusalén cayó ante los babilonios.
Los arqueólogos revelaron que la inscripción cuneiforme fue grabada en la vasija antes de que fuera cocida en el horno para lograr resistencia.
Los objetos se mostraron oficialmente al público, durante la Conferencia Anual de Arqueólogos, en la Ciudad de David, el pasado jueves 29 de agosto.