En búsqueda de la realización la mujer visualiza sus sueños, y eso la impulsa a esforzarse, pero muchas veces solo exteriormente.
La verdadera realización comienza de adentro hacia afuera.
Cuando no invierto en mi alma, no valoro la salvación.
Lo externo no me convierte en una persona realizada, ni me da una felicidad plena.
El principal objetivo de Dios es que seamos felices, realizadas interiormente y salvas.
Mis prioridades revelan lo que realmente valoro y en qué enfoco mis pensamientos.
“El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ese es el que Me ama; y el que Me ama será amado por Mi Padre, y Yo lo amaré y Me manifestaré a él”. Juan 14:21
Dios no trabaja con quien dice: “Soy débil”, sino con quien declara con fe: “¡Fuerte soy!”