El pasado martes 1 de octubre, el pueblo peruano tuvo la oportunidad de participar de una reunión especial realizada por el obispo Djalma en la sede de la Universal en Lima, ubicada en la Av. Venezuela 681. Más de 1500 personas se acercaron a la reunión, que comenzó a las 18 y participaron de las oraciones que el obispo realizó, determinando la sanidad de los enfermos, la liberación de los oprimidos y la bendición de las familias. Muchas personas se acercaron para dar su testimonio, entre ellas Ana María comentó: “Me había salido una bolita en mi seno en el mes de junio. Se había inflamado, fui al médico y me dijeron que eran coágulos de sangre y tenían que operarme. Vine a la reunión con dolores, participé la oración y no lo tengo más, me palpo y no los siento, desaparecieron gracias a Dios”.
Luego el obispo predicó: “En Hechos 8:5-7, la Biblia cuenta que ‘Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad.’. Todos los que estaban allí estaban alegres como resultado de las señales y los milagros que hacía Felipe. Esa alegría era momentánea, como toda la que viene de la liberación, de la sanidad y de otras bendiciones. Sin embargo, la alegría que viene del Espíritu Santo es permanente, uno la recibe en vez de tenerla por un tiempo. Usted necesita comprender que no hay nada más importante que el Espíritu Santo. Muchos quieren que nosotros oremos por ustedes, pero muy diferente es que el Espíritu Santo interceda por ustedes al Padre las 24 horas del día. El Espíritu Santo es el Único que puede darle vida. Hay una condición para recibirlo, que es entregarse por completo a Dios. Si uno quiere la Plenitud de Dios, que es el Espíritu Santo, debe entregarse también de forma plena. Muchos quieren recibir el Espíritu Santo, pero no quieren entregarse por completo. ¿Cómo hacerlo? Hay que obedecer la Palabra de Dios, vivir de acuerdo a Su Voluntad”. A continuación, el obispo invitó a acercarse al altar a quienes desearon entregarse por completo a Dios y pasar a obedecer Su Palabra. Finalmente, el obispo determinó la bendición económica para los presentes y dio por finalizada esta reunión en suelo peruano, orando por las familias.