He pensado mucho en Job como ejemplo de fe sana. El diablo, en realidad, quería tocar la fe de Job, enfermarla, por eso le sacó todo: dinero, hijos, salud, y todavía usó a la mujer y a los “amigos”, ¡y qué amigos!
En fin, el diablo intentó de todo para tocar la fe de Job, pues sabía que si la tocaba tendría el alma de Job, pero vea lo que él dijo:
Yo sé que mi Redentor vive, y al fin Se levantará sobre el polvo…
Job 19:25
Job lo perdió todo, pero guardó la fe. Y esa fe sana trajo el doble de todo lo que él había perdido. Nosotros podemos perderlo todo: salud, familia, dinero, etc., pero no podemos perder la fe. Ella tiene que estar sana, pues a través de esa fe podemos recuperar todo lo que perdemos.
El diablo sabe que lo único que puede vencerlo es la fe, por eso él intenta de todo para enfermarla, debilitarla. Toda nuestra vida depende de nuestra fe, inclusive nuestra Salvación, si ella está enferma, nuestra Salvación estará en riesgo.
¡Guarde su fe! Acepte el consejo que Pablo le dio a Timoteo:
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 2 Timoteo 4:7