Nancy Villagra tuvo que hacerse cargo de sus hermanos porque su mamá vivía en cama por su estado depresivo. Ella estaba siempre a la defensiva, desconfiaba de todos y hablaba de manera violenta.
“A los 13 empecé a fumar, empecé a deprimirme, me peleaba con mis hermanos, era un caos mi casa. Me iba mal en la escuela, no tenía nada. Al no tener cariño, buscaba una mamá, una vecina me dio ese cariño de madre que necesitaba. Yo fui muy humillada y maltratada por mi mamá, además sufrí un intento de abuso por parte de un familiar de mi papá. Nunca antes lo mencioné, pero eso me marcó mucho. Cuando fui más grande, pensaba en irme, pero me daba miedo porque no tenía adonde ir”, cuenta.
Con el tiempo ella pasó por muchas dificultades en su vida sentimental, su hijo se enfermó debido a un trabajo que habían hecho para afectarla a ella. Ella se enfermó, comenzó con fobias, finalmente se separó de su pareja y entró en depresión. “Terminé viviendo en una villa cuando me echaron del lugar donde vivía”, cuenta.
Ella se enfermó, comenzó con dolores de estómago, vomitaba sangre y llegó a pesar 45 kilos. En ese tiempo su hijo comenzó a cambiar, ella vio que dejó los piercings y se preocupó.
“Mi hijo estaba yendo a la Universal y estaba decidido a luchar por su familia. Un día lo acompañé porque había tocado fondo. Así fui libre de todo el sufrimiento y mi vida empezó a cambiar”, destaca. Ella logró perdonar y su vida fue transformada por completo.
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