Si usted usara un décimo de la energía que usa para reclamar, lamentar decisiones pasadas, desear un futuro mejor, y la aplicara para resolver el problema, se quedaría sorprendido por el resultado.
Reclamar no funciona como estrategia. Todos tenemos tiempo y energía limitados. Cualquier tiempo que pasamos reclamando, lamentando o deseando no nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos ni nos hace más felices.
Enfóquese en la solución.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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