Si usted forma parte del mundo virtual a través de redes sociales, sea sincero: ¿hace cuánto no llama el día del cumpleaños a un/a amigo/a – de hecho, no virtual – o a un familiar para felicitarlo, prefiriendo postear en Facebook, o enviarle un mensaje por WhatsApp, por ejemplo?
Con una llamada, con certeza no solo el cumpleañero, sino usted también, ganaría un regalo: intercambiar algunas palabras y, por qué no, recordar viejos tiempos.
Sí, el mundo cibernético puede ser un facilitador en la vida de mucha gente, sin embargo, al mismo tiempo que “facilita” – uniendo a las personas que no se veían hacía tiempo; enviando y respondiendo en segundo cartas (e-mails), que si no fuese tal tecnología, llevarían incluso meses hasta llegar a los destinatarios; entre otras posibilidades con las cuales la tecnología contribuye para el avance de la sociedad -, separa, y cada vez más ha sido visto como villano.
Pero, en realidad, internet lleva una fama que no le corresponde por completo, ya que son las propias personas las que se apartan o se acercan unas a las otras, utilizando la red para eso. Y es necesario estar muy atento, ya que por detrás de ese hábito puede existir una carencia, que si no es tratada a tiempo, lleva a la persona al vicio, a la llamada dependencia digital.
Para la psicóloga y directora de la Facultad de Ciencias de la Salud de São Paulo (FACIS), Lourdes de Paula Gomes, la tecnología es imprescindible en la actual coyuntura, pero el exceso separa a las personas. “Es importante que exista más proximidad. Actualmente, se vive muy aislado, y con eso perdemos la práctica de convivir uno con el otro. Es necesario tener amigos, pero eso solo es posible en un encuentro ojo a ojos, y no por una pantalla, u otro instrumento que conecte al mundo virtual”, enfatiza la especialista.
Falta de educación
Cuando se le pregunta sobre cómo lidiar con alguien que no se despega de la pantalla del celular, aunque esté en medio a una conversación, la psicóloga dice que “esa persona necesita buscar ayuda, pues internet se apoderó de su vida de tal modo que la hizo olvidarse de vivir, de relacionarse con el otro”.
Para la universitaria Monyque Leite, de 19 años, el internet que la persona encuentra en el escritorio (haciendo referencia a la PC) “acerca”, sin embargo, el que está constantemente en las manos, a merced de un simple toque, cada vez más ha separado, aunque esté al lado. “A las personas ya no les parece una falta de educación que usted converse con un amigo o pariente mirando el celular. Parece que una falta de delicadeza en los días de hoy es que usted esté atento a lo que el otro esté hablando, mirando bien a sus ojos. A veces me pregunto si no estoy siendo invasiva o mal educada por no respetar el ‘momento’ del otro. Las personas están en modo automático, no reflexionan más en cuanto a sus actitudes. No se dan cuenta cuán poco educados están siendo”, se desahoga la joven.
Y usted, ¿ya se detuvo a pensar de qué forma ha usado internet? ¿Hace cuánto tiempo no habla personalmente con ese amigo de la infancia que vive en su mismo barrio? Los beneficios de internet son diversos, entonces úselos para sentirse y proporcionar bien. Pero si, al preguntarse, usted notó que ha estado aislado, que se ha comunicado solo por las redes sociales, e-mails, mensajes del celular, busque ayuda. Busque una Universal más cercana a su domicilio y participe de un encuentro, juntamente a otras personas, que le ayudará a entender la importancia de que estemos en comunión unos con los otros. Para saber dónde está la Universal más cercana a usted, acceda a www.universal.org.ar/direcciones
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