Vea lo que dice en 1 Pedro, capítulo 2, del versículo 1 al 5:
“Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación…”. 1 Pedro 2:1
En varios versículos, el Espíritu Santo nos orienta a que desechemos lo nocivo para ser Salvos y Útiles para Su Obra. Es importante mencionar que Dios no va a desechar lo malo por nosotros, Él no quitará de nuestra mente los malos pensamientos, ni de nuestro corazón el rencor, el resentimiento, la malicia, la ingratitud y el egoísmo. Él, como Misericordioso y Benigno, como Dios Amable, respeta nuestro libre albedrío y nuestro poder de decisión. Por ejemplo, los malos pensamientos nos vienen a todos, pero cada uno tiene el poder para decidir alimentarlos o desecharlos; o la malicia, que es mirar con malos ojos algo, la Obra de Dios o a alguien, incluso a Dios.
La malicia hace que su víctima solo vea el lado negativo, para que critique, juzgue y condene a alguien (incluso a sí mismo) o algo. Todas las situaciones pueden verse de manera maliciosa, sucia y negativa, o de manera pura, limpia y positiva. Así como hoy miles de miembros de la Universal, alrededor de los 148 países, son exitosos en el ámbito profesional, después de superar los momentos más difíciles del país, de la provincia o de la ciudad. Superaron lo difícil porque eligieron ver oportunidades donde todos solo veían dificultades, imposibilidades. Ellos eligieron creer, y hoy son un ejemplo de superación, éxito y bienestar, familiar, profesional y sobre todo espiritual para toda la sociedad.
Usted puede ver las cosas con malicia, como los incrédulos o religiosos que, cuando la mujer que era prostituta lavó los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos, pensaban: “Si realmente Jesús fuera el Mesías, jamás dejaría que esta mujer pecadora Lo tocara”. Seguramente, ya se habían servido de esa mujer, pero Jesús, que conoce los pensamientos de todos, en Lucas 7:47, les dijo: “Te digo que sus pecados, que son muchos, han sido perdonados, por eso ella Me demostró tanto amor; pero una persona a quien se le perdona poco demuestra poco amor”. Observe que una de las peores enfermedades espirituales es la malicia, incluso la palabra “malicia” viene de “mal”.
“… desechando toda malicia…”. 1 Pedro 2:1
- No se puede desechar solo una parte, es necesario desechar TODA malicia, tanto en el pensar, como en el mirar, en el hablar, en el sentir y en el hacer, dondequiera que se esté.
“… y todo engaño…”. 1 Pedro 2:1
- Engaño es la acción o el conjuntode palabras o acciones con las que se engaña a alguien o se le hace creer algo que no es verdad; es mostrar algo que no se es, fingir ser algo que no se es; es intentar o lograr engañar a alguien o a todos, excepto a Dios.
“… e hipocresías…”. 1 Pedro 2:1
- La hipocresía en la práctica es la mentira, es fingir unacualidad, un sentimiento, una virtud o una opinión que no se tiene, pero es obvio que Dios sabe quiénes somos realmente. Él quiere bautizar con el Espíritu Santo a todos, pero ¿por qué no lo hace? Porque no todos son sinceros. Jesús dijo que Dios busca a los sinceros, que son los que reconocen su verdadero estado de pecadores y fallos; los que asumen, confiesan y deciden abandonar la vida de pecado.
“… envidias…”. 1 Pedro 2:1
- Envidia es un sentimiento detristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o que desearía tener algo que otra posee: una casa, un matrimonio bendecido, un negocio, una familia unida. Dios no nos da el derecho de envidiar, ¿sabe por qué? Porque Él quiere hacer en su vida más de lo que ha deseado de la vida del otro.
- Sin embargo, hay una condición: no compararse ni reflejarse en el otro. No hay que envidiar a nadie, sino mirarse a sí mismo y mirar hacia las Promesas de Dios.
“… y toda difamación…”. 1 Pedro 2:1
- Difamar es hablar mal, divulgar algo sobre alguien, un chisme, una mentira; es usar algo para hablar mal de alguien a quien quizás ni se conozca. Para Dios esto es gravísimo, porque al difamar se está juzgando, y nadie tiene ese derecho.
- Por ejemplo, si cometió un error, aun estando en la Obra de Dios, la persona tiene que hablar primero con Dios y con la autoridad eclesiástica que corresponde. Además de pedirle perdón a Dios y a quien es debido, si es un pecado que involucra un tema de carácter, como robo, corrupción, mentira, fornicación o adulterio, debe confesarlo.
- En Santiago 5:16, está escrito que debemos confesarnos los pecados unos a otros. La persona que comete un error de carácter no tiene el derecho de estar como una autoridad espiritual, porque está poniendo en riesgo su alma y el alma de los que llegan a la Iglesia buscando un referencial, un ejemplo, no de perfección, sino de una persona de Dios, con un carácter de verdad, que dice la verdad y es capaz de morir por la verdad, que no se vende, no se rinde, no blasfema, no reniega, no tiene malicia, no es hipócrita, no envidia y no difama.
¿Cuál es el secreto para que Dios me libre de la malicia, de la envidia y de la difamación?
“… desead como niños recién nacidos, la leche pura de la Palabra, para que por ella crezcáis para Salvación…”. 1 Pedro 2:2
- La gente está preocupada por crecer para la familia, para la sociedad, por crecer en la Obra para el obispo o para el pastor, cuando debería preocuparse por crecer para Dios. Este crecimiento viene de la vida con Él, por medio del conocimiento y de la práctica de Su Palabra. Usted acepta la Palabra con pureza, sin malicia, sin maldad, la acepta para sí como un niño recién nacido.
¿Cómo recibe el recién nacido la leche? ¿Elige la que no le gusta y la que sí?
- El detalle acá es “recién nacido”, con sus ojitos chinos, que no pone excusas como: “No necesito. No me gusta. No es para mí”. Los que tienen estas mañas son los adolescentes, los niños recién nacidos aceptan la leche incluso si no es de la madre.
- Dios Se refiere a esa pureza, la de no tener maldad ni malicia. Por eso, acepte la Palabra como un recién nacido: “Dame Tu Palabra, Señor, por más que me moleste y me contraríe”.
- Nuestra Salvación se desarrolla por medio de la Palabra, cuando meditamos en esta, aunque a nuestra carne le moleste. Tal vez usted está cansado, tiene problemas o le gustaría recibir otra prédica, pero este mensaje es para atender el gemido del alma, que necesita Salvación, la cual proviene de la Palabra que es Pura. Esta Palabra solo entra en nuestro interior cuando somos puros.
“… si es que habéis probado la Benignidad del Señor”.1 Pedro 2:3
- Dios es Bueno. La clara señal de que Él es Bueno con usted es que le da Su Palabra, es que el Espíritu de Dios le habla. Acepte esta Palabra para que pruebe cómo la Benignidad de Dios, Su Buena Voluntad, Comprensión y Simpatíahacia usted pueden realizarlo en todo.
“Y viniendo a Él como a una Piedra Viva…”. 1 Pedro 2:4
- Esta Piedra Viva es el Altar, la Piedra Angular; Jesús es la Piedra Viva, la Piedra que sostiene la construcción. Está escrito que nosotros somos el edificio, también somos piedras de esta construcción, estamos interrelacionados y todos somos importantes.
“… desechada por los hombres…”. 1 Pedro 2:4
- Jesús fue desechado, y sigue siendo desechado por muchos, pero eso no quiere decir que nosotros también Lo desecharemos.
- No es porque los demás no creyeron que yo no voy a creer en Él.
- No es porque los demás no Le obedecieron que yo Le voy a desobedecer.
- No es porque los demás no Lo amaron que yo no Lo amaré.
- Yo tengo libre albedrío para elegir lo bueno y, como piedra viva, quiero ser edificado en Él, por Él y para Él.
“… pero Escogida y Preciosa delante de Dios, también vosotros…”. 1 Pedro 2:4
- Así como Jesús fue Escogido y Elegido por el Padre, y fue considerado Precioso, nosotros también lo somos. Tal vez su familia o la sociedad no lo valoran, pero el Señor Jesús tampoco fue poco valorado, aun así, Se mantuvo firme y fiel al Padre, y eso es lo que nosotros tenemos que hacer. Sin embargo, hay una diferencia, Él fue Perfecto y nosotros no. Esto nos muestra que, si Él Se mantuvo Fiel, nosotros tenemos mucha más razones para mantenernos fieles hasta el fin.
“… como piedras vivas…”. 1 Pedro 2:5
- La piedra viva es la que se deja lapidar, cortar y dar forma; por otro lado, la piedra muerta no se deja lapidar, se rompe a su manera. Los humildes se dejan lapidar, pero los soberbios no.
- Todos los seres humanos somos criaturas, pero, cuando nos acercamos a Jesús, que es la Piedra Angular, la Piedra Viva, el Altar, y Le entregamos nuestra vida, somos lapidados. Este proceso no se da de la noche a la mañana, sino poco a poco, y así vamos tomando la forma que el Altísimo sabe que es mejor para nosotros, hasta volvernos una obra de arte creada por Él. Cada ser humano es imperfecto, sin forma, pero se vuelve una piedra viva cuando se deja lapidar por la Palabra, un ejemplo de superación para los demás.
“… sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo…”. 1 Pedro 2:5
- Dios me eligió para que Lo sirva edificado en la Roca y para que me vuelva una casa. ¿Una casa para quién? Para Él. Yo voy a sacrificar los pensamientos, las manías y las costumbres que Le desagradan para agradarlo. Eso me hará bien, porque Su Presencia en mí ya será suficiente. No solo tendré amistades, cosas y personas a mi alrededor, sino que Él me realizará y me salvará.
“… para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. 1 Pedro 2:5
- El sacrificio espiritual va más allá del físico, del material, este sacrificio espiritual involucra desechar la malicia, el engaño, la hipocresía, la envidia y la difamación, para volverme como un recién nacido, que acepta la leche pura de la Palabra y crece, se desarrolla, no se queda raquítico ni limitado, y llega a ser un adulto espiritualmente. Mi vida, mi carácter y mi fe tienen que revelar y servir a Jesús. Por Jesús vivo y a Jesús serviré.
Ahora usted entiende lo que está escrito en Mateo 21:15:
“Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron”. Mateo 21:15
- El mal sabe que su bienestar, su alegría, su gozo y su grito, que al principio fue de socorro, dolor y soledad, pero ahora es de alabanza y alegría, exaltan al Señor. Esto molesta mucho a los religiosos y a los demonios que están en ellos, porque usted está alabando a Jesús, que es su Salvador.
- ¿Cómo puede una persona que dice ser de Dios estar apagada, desanimada, sin gozo, sin alegría? ¿Cuál es el problema? El problema no es económico, familiar, matrimonial o de salud, el problema está en el alma. Cuando el alma está bien, hay alegría, fuerza y disposición, la felicidad se ve, la fuerza está en la mirada y hay algo diferente en el rostro, independientemente de los problemas o de lo cansado que se esté. Si esa alegría no está, aunque la persona esté descansada, fuerte y saludable, estará apagada; refiriéndome al espíritu, no al exterior.
- Deje que la Palabra lo lapide para ver mejor, para dejar de decir lo que no debe, para escuchar mejor a Dios y para volverse sordo a lo que no debe escuchar.
- Deje que Él concluya Su obra y, cuando agarre el espejo de Dios, que es la Sagrada Biblia, se reflejará en esta. De esta manera un Gozo, una Fuerza, una Paz, una Alegría sobrenatural va a poseerle. ¡¿Amén?!
Obispo Júlio Freitas