Uno se confunde con los términos hebreo, israelita o judío, confundiéndose a la hora de usarlos. Esa confusión es comprensible. No hay un consenso por parte de los grandes estudiosos del tema. Lo que hay es, principalmente, una diferencia cronológica entre ellos – aunque hoy el uso de cualquiera de las tres palabras sea correcto para designar al pueblo descrito en la Biblia como el elegido de Dios.
Si el internauta estudioso de la Biblia necesita una designación más precisa, vamos a una breve descripción:
Hebreos
El primer individuo que fue llamado hebreo en la Biblia fue Abraham. Pero específicamente cuando todavía se llamaba Abram:
“Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram.” Génesis 14:13
Por lo que se ha encontrado hasta ahora sobre los orígenes de los hebreos, analizando no solo la Biblia, sino aspectos historiográficos y arqueológicos, ellos habían surgido en Ur, en Caldea, tierra de Abram, de la cual salió por orden de Dios, como cuenta Génesis. En la lengua semítica que utilizaban, hacía referencia a sí mismos como ivrim, alteración que quiere decir “hijos de Eber” (uno de los descendientes de Noé, del linaje de Sem – que da origen a otra palabra: semitas).
Se puede decir que Abraham, históricamente, dio origen a ese pueblo. La palabra “hebreo” fue usada para darle nombre hasta que apareciera una nueva (sin que desaparezca la anterior), cuando Dios cambió el nombre del nieto de Abraham, Jacob.
Israelitas
Cuando Jacob tuvo un encuentro con Dios, cambió su nombre, pasó a ser Israel.
“Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de Padan-aram, y le bendijo.
Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel.
También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.
La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra.” Génesis 35:9-12
Como dijo Dios en Su Palabra, los 12 hijos de Jacob dieron origen a las 12 tribus de Israel. De esa manera, los “hijos de Israel”, pasaron a ser conocidos como israelitas.
Judíos
Después de mucho tiempo, el pueblo hebreo/israelita se desarrolló y creció, hasta que fue esclavizado por Egipto y conducido hasta allí. Después de que fue liberado y partió rumbo a la Tierra Prometida, se generó un pueblo fuerte, incluso bajo el cuidado de Dios surgieron reyes como Saúl y David.
El hijo de David, Salomón, tuvo un reinado de prosperidad por un lado, y de crisis por otro. Después de su muerte, esa crisis aumentó tanto que el reino se dividió. De las 12 tribus que formaban al pueblo, 10 formaron el reino de Israel, al norte, mientras que las tribus de Judá y Benjamín fundaron el reino de Judá, al sur.
Judá, donde quedaba Jerusalén, siguió siendo gobernada por los descendientes de David. En el libro de Ester vemos que el pueblo es llamado por primera vez judío, por su conexión con el reino y con su religión, el judaísmo.
En 722 a. C., los asirios avanzaron sobre el reino del norte, Israel, y lo conquistaron. El norte era bonito e imponente, más desarrollado que el sur, que no le interesó mucho a los invasores. Siempre que Judá le pagara el impuesto a Asiria, no sería invadida, y fue dejada en paz.
Según la costumbre de la época, el pueblo de Israel fue llevado a Asiria, esclavizado. Israel se desintegró en ese reino, y sus antiguas tierras pasaron a tener costumbres que los judíos no veían muy bien, como el politeísmo. Cuando Israel desapareció, Judá se fortaleció.
Con el tiempo, Judá también fue dominada y esclavizada por Babilonia. Pero su pueblo, al contrario de las tribus perdidas del norte (que desaparecieron hasta del relato bíblico de a poco después del cautiverio asirio), se mantuvo unido en el cautiverio, manteniendo fuertes sus lazos culturales y su creencia en el verdadero Señor.
Con el fin del cautiverio y regresando a su territorio de la antigua Judá, nuevamente el pueblo se estableció fuertemente, y siguió llamándose judío.
Incluso con la Diáspora, los judíos siguieron, imitando el ejemplo del cautiverio en Babilonia, manteniendo fuerte su cultura, según las profecías bíblicas. La palabra “judío” pasó a ser usada para designar a todos los seguidores del judaísmo y de su cultura, aunque descendieran del antiguo reino de Israel. Prevaleció el nombre de los que resistían y perseveraban, para designar el todo.
Hoy, a pesar de que el Estado de Israel tiene ese nombre (lo que ya es el tema de otro artículo), los que siguen el judaísmo son judíos, independientemente del país en que viven.
Pero los términos “hebreo”, “israelita” y “judío” todavía se usan para hablar del mismo pueblo, sin que el factor cronológico/histórico sea llevado al pie de la letra. Algunos prefieren uno sin rechazar a los otros, y hay quien los rechaza – lo que da lugar a otras discusiones que no caben aquí, y que también pueden generar más artículos en el futuro en Noticias de Israel.
Hoy en día “israelí” es el término con el que se designa al ciudadano del moderno Estado de Israel – sea judío, musulmán o cristiano.