Debido al sufrimiento a la hora del parto, su madre Raquel murió y fue sepultada camino a Belén (Génesis 35:17-20). Benjamín era el hijo menor de Jacob y Raquel, compartía con su hermano José todo el afecto por parte de su padre (Génesis 45:14).
Cuando nació el bebé, Raquel tuvo tiempo solamente de llamarlo Benoni, que quiere decir “hijo de mis tristezas”, sin embargo, su padre Jacob lo llamó Benjamín, el hijo preferido.
Después, él fue el fundador de la tribu de Benjamín, formada por guerreros temibles, así como Jacob anunció al momento de su muerte (Génesis 49:27-28).
¿Bendición o maldición?
¿Cuántas madres y padres sufren para criar a sus hijos? Son muchos momentos de incredulidad, tristeza, por no lograr ver un futuro promisorio para su hijo.
Un niño que nació con la salud delicada, después fue un hijo desobediente, peleador con los amigos de la escuela, se involucra con malas compañías, que decían ser amigos, pero que lo llevaron a las drogas. Todo eso mina la esperanza de los padres.
Sin embargo, así como el caso de Benjamín, a pesar de que el comienzo de su vida representaba dolor y muerte, no fue eso lo que vivió. Su padre creyó en él, no desistió de su vida y lo renombró.
¿Qué ha hecho usted con su hijo? ¿Ha colocado sobre él palabras de maldición o de bendición? ¿Lo ha mirado con esperanza o entregando su vida a la muerte?
Su hijo es un “Benjamín”, no un “Benoni”. Ámelo de manera especial y vea el futuro maravilloso que él tendrá.