Leví era publicano, es decir, tenía como profesión cobrar impuestos (Lucas 5:27). Él fue llamado por Jesús para seguirlo, e inmediatamente así lo hizo, dejando su ocupación (Lucas 5:28).
Leví hizo un banquete y lo invitó a Jesús, junto con los publicanos, escribas y fariseos, que no entendieron por qué Él aceptaba esa invitación para comer y beber con ellos.
Y fue así que Leví les mostró a todos que estaba siguiendo a Jesús, pues abriría la puerta de su casa para ese evento y para que ellos al menos entendieran que Jesús estaba allí por ellos, y no solamente por los justos (Lucas 5:29-32).
Transformación y testimonio andan juntos
¿Cuántos dicen que siguen a Jesús, pero no logran dar testimonio de eso?
Leví no solamente dejó su profesión, sino que también tuvo el coraje de llamar a Jesús y a muchas otras personas para cenar juntos. Él no ocultó su elección.
Muchos levantan la bandera del cristianismo, sin embargo, no actúan de la misma manera. No tiene coraje de hablar con los amigos que ahora siguen a Jesús y que para eso dejó sus propias convicciones, sus manías y sus elecciones de lado.
Es fácil decir que es cristiano y no actuar adecuadamente. Difícil, pero no imposible, es asumir una postura diferente y así dar testimonio de quien es Jesús y conquistar nuevas almas como el ejemplo de su propia vida, y no solamente con palabras.
El mundo suplica por “Levís” que sean capaces de vivir el cristianismo y no solamente hablar de él. Sea un “Leví” y de testimonio de Jesús en su vida.