Un video se apoderó de las redes sociales en la última semana. En él, una pareja visita un bello paisaje, en un momento que debería ser romántico. El muchacho entonces le pide a la joven que se acerque al borde de un peñasco, fingiendo que iba a sacar una foto, y la empuja. La joven cae y permanece inmóvil, mientras él celebra el acto.
No es posible saber si todo no pasó de ser una broma, en la que ella sabía lo que sucedería, o si el muchacho, de hecho, empujó a la joven.
En otro video, un poco más antiguo, un hombre actúa de la misma manera, al empujar a su novia de un peñasco de 120 metros de altura. Sin embargo, en ese video, queda claro que la joven no quería saltar. Ella estaba preparada para saltar de bungeejump, pero tuvo miedo y desistió. Repitió varias veces frases como “no puedo hacer esto”. El novio entonces promete que nunca la empujaría, pero lo hace de todos modos. Después del acto, él comienza a dar carcajadas.
Lo que los videos tienen en común
En ambos casos, los muchachos agreden a las jóvenes “como una broma”. Lo que ellos piensan que es gracioso es, en realidad, violencia; y el hecho de que los videos hayan sido publicados en YouTube con irreverencia y compartidos centenas de veces, demuestra que es un incentivo para esa misma violencia.
Todos los días, mujeres son atendidas en centros de salud como víctimas de violencia. La mayoría es agredida por el cónyuge o por el novio. Eso no es un asunto gracioso, no es motivo de chistes.
Con razón, muchas mujeres se quejan de la falta de madurez de los hombres. “No, ellas no están siendo aburridas ni exigentes. Muchos hombres realmente han actuado como niños”, afirma el escritor Renato Cardoso, en su blog.
Una de las señales de inmadurez es la inseguridad, que trae consigo a la agresividad. “A los hombres inmaduros les gusta exhibirse, le tienen miedo al compromiso, no están seguros sobre su futuro, son celosos y muy aniñados”, continúa Renato. “Una mujer necesita a un hombre fuerte y maduro, que sepa a dónde quiere llegar en la vida, que sea lo suficientemente osado para resolver las cosas por sus propias manos y que cuidará bien a su compañera como le corresponde a un marido.”
Los dos hombres mencionados al principio, ciertamente no tienen condiciones para cuidar a sus compañeras. Por el contrario, ponen sus vidas en riesgo: Por eso las mujeres no deben someterse a ese tipo de relación Es peligroso.
“Queridas amiguitas e hijitas, por favor: ustedes no necesitan eso, no merecen eso. Tal vez ustedes piensen que, por no haber visto nunca a un hombre que las valore POR TIEMPO COMPLETO, deben aceptar a aquellos que las valoran de vez en cuando”, dice Cristiane Cardoso, autora del libro “La Mujer V”. “Pero Dios las valora 24 horas por día y Él quiere darles un marido que sea Su representante en sus vidas.”
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