En la sociedad, las circunstancias moldean el carácter del hombre, y ese carácter, a su vez, influye en las circunstancias del futuro. Lo mismo sucede en la Obra de Dios.
Reflexionemos juntos sobre esta cadena espiritual:
- Los tiempos difíciles forman hombres de Dios fuertes
En medio de la adversidad, se desarrolla la Resiliencia, la Fe, la Valentía, la Esperanza y la Determinación. Estas virtudes generan una Confianza inquebrantable en Dios.
- Los hombres de Dios fuertes crean tiempos fáciles
Con un liderazgo firme y principios sólidos, se edifica una Iglesia más Unida, Estable, Perseverante y Espiritual.
- Los tiempos fáciles crean hombres débiles
La comodidad y la abundancia pueden llevar a la complacencia, a la vanidad, a la indisciplina y a una vida sin propósito.
- Los hombres débiles crean tiempos difíciles
La falta de Fe, Carácter, Temor de Dios y Visión Espiritual puede provocar el deterioro de la Evangelización, del Bautismo con el Espíritu Santo, del Discipulado y del avance de la Obra en los Barrios, Ciudades y Países.
Por eso, luego de atravesar tiempos difíciles y habernos fortalecido, es esencial que no bajemos la guardia. Debemos permanecer firmes aun en los momentos de tranquilidad.
“Así Dice el SEÑOR de los Ejércitos: Sean fuertes vuestras manos, vosotros que escucháis en estos días estas Palabras de la boca de los profetas, los cuales hablaron el día en que se pusieron los cimientos de la Casa del SEÑOR de los Ejércitos para la Reedificación del Templo”. Zacarías 8:9
En toda la historia de la humanidad, hoy, más que nunca, somos llamados a ser fuertes: en nuestra manera de pensar, decidir, hablar, actuar y vivir. Firmes en la Fe, constantes en la Obra, y comprometidos con ganar, cada día, un Alma más para el Reino de Dios.
Pensá en lo siguiente: ¿Cómo actuás en tiempos de paz? ¿Te dejás llevar por la comodidad del momento o te preparás para la próxima batalla?
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas
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