¿Alguna vez ha sido víctima de la envidia, vive angustiada, con malos pensamientos, llena de tristeza, las decepciones la dominan y parece que nada le sale bien? Estas situaciones se producen debido a un problema espiritual. Por eso, debe prestar mucha atención, porque su alma está en peligro. Cuando todo esto sucede, su relación con su familia, su trabajo y toda su vida se ve afectada. Para que las personas se liberen de esos males es que existe, los días viernes, la Reunión de Liberación en la Universal.
Todos esos síntomas causan perjuicios materiales y emocionales. Y la mejor manera de liberarse de ellos es a través del uso de la fe. Eso fue lo que Gisele Araújo, de 24 años, (en la foto al lado) consultora de ventas, entendió después de haber sufrido mucho. Ella frecuentaba la Universal junto a su madre desde los 3 años de edad. Sin embargo, era solo físicamente, ya que participaba de las reuniones, pero no ponía en práctica nada de lo que aprendía. Ella no quería un compromiso con Dios.
Por haber crecido de esta manera, Gisele cargaba un vacío en su interior, y comenzó a buscar lo que pudiera llenarlo. “Comencé a ir a fiestas, a tomar alcohol y empecé una relación conturbada”, recuerda.
Estuvo de novia durante 4 años con un muchacho, pero sufrió mucho porque las peleas y las agresiones físicas y verbales eran constantes. Después del final de la relación, ella se hundió aún más. “Salía todos los días a fiestas, tomaba alcohol, me relacionaba con cualquier persona y terminé entrando en depresión. Solo pensaba en suicidarme. Comencé a tener enfermedades y trastornos como ataques de pánico y problemas en el corazón”, cuenta.
En un intento de restaurar su salud, el médico le dio una medicación, pero la misma le causó un paro cardíaco. “Cuando me vi en esa situación, oré a Dios pidiéndole una oportunidad y le dije que si sobrevivía Le entregaría mi vida”, recuerda.
Al día siguiente, Gisele fue a la Universal y buscó ayuda. Estaba cansada de sufrir. Llegó con el brazo derecho entumecido, y con su lengua como si se estuviera enrollando. Sentía que se estaba muriendo. Sin embargo, después de recibir una oración, se sintió mejor. Comenzó a participar de las Reuniones de la Liberación y el primer cambio ocurrió en su interior: sus pensamientos ya no eran más los mismos y comenzó a disfrutar de la vida.
A diferencia de lo que ocurrió antes, esta vez Gisele asumió un compromiso con Dios y comenzó a practicar todo lo que aprendía en las reuniones. Fue curada de los problemas internos y liberada de la depresión. Hoy ella es feliz, tiene una buena relación con su familia y está alcanzando sus objetivos.
Reunión de la Liberación
Sea libre usted también de lo que le impide avanzar, acérquese a la Universal más cercana a su domicilio y participe todos los viernes de la Reunión de Liberación a las 8, 10, 16 y 20h. Para ver las direcciones ingrese aquí.
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