La luz es un elemento muy importante para la vida en general, especialmente en nuestra casa. Con ella podemos modificar los ambientes y crear distintas sensaciones. Es muy importante tener en cuenta donde focalizarla, la intensidad, el color y también el tipo de tecnología.
Actualmente la tecnología Light Emitting Diode (diodo emisor de luz) es la que tiene mayores ventajas. Las principales son el ahorro en el consumo de energía, ya que a pesar de ser más caros generan un ahorro en la factura eléctrica de hasta un 40%; la reducción de emisión de calor y de carbono, lo que permite menor uso de equipos de aire acondicionado y optimiza el uso de la electricidad generando beneficios para el medio ambiente; no tiene mercurio ni tungsteno, por lo que resulta menos contaminante; ocupa menos espacio y tiene un diseño moderno; no genera calor; resiste temperaturas más extremas que las bombillas incandescentes; tiene encendido instantáneo; posee una mayor vida útil, por lo tanto menores costos de mantenimiento y de sustitución; se facilita su reciclaje ya que no contiene metales pesados como el mercurio y por último no presenta radicación IR (infrarrojos) ni UV (ultravioleta).
La elección de las bombillas dependerá de en qué zona de la casa serán ubicadas, para determinar la potencia. Además, se debe establecer el ángulo de apertura de la luz al adquirir la bombilla. Las que poseen un ángulo por debajo de los 40 grados son ideales como luz focal. Estas deben ser concentradas en espacios menores ya que es una iluminación más localizada. En su defecto las de una amplitud de ángulo en torno a los 120 grados poseen mayor capacidad para iluminar. Son las recomendadas para habitaciones. A su vez hay tres tipos de luz: el blanco frío (5800K) es recomendado para sitios que requieran luz potente, como altillos, garajes o depósitos; el blanco cálido (3000K) ofrece un ambiente agradable en habitaciones, estar, comedor y lugares que requieran luz ambiental. El blanco puro (4500K), para baños, cocinas y lugares de trabajo.
Si tenemos en cuenta que el 19% del consumo energético mundial es iluminación, los potenciales de ahorro derivados del uso de la tecnología LED son muy elevados y si toda la iluminación mundial cambiase a LED habría una reducción de 670 toneladas de emisión de CO2. Nuestros hogares pueden contribuir a estos ahorros adoptando medidas y soluciones eficientes a nivel energético, como la iluminación LED.
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