La dedicación del agricultor chino Chen Xingyin, de 48 años, ganó notoriedad desde que la foto en la que él aparece alimentado a su madre, Yang Sifang, de 91 años, usando su boca, fue publicada y compartida por periódicos de varias partes del mundo. Chen, que vive con su madre en una aldea de Tongxin, en el sudoeste de China, le amputaron los brazos a los 7 años después de sufrir un accidente eléctrico.
Ante la situación de Chen, aparentemente sin poder trabajar, algunos amigos y vecinos le aconsejaron que pida dinero en una estación de tren, pero él nunca aceptó esa idea. “Puedo no tener brazos para trabajar, pero puedo usar mis pies”, le dijo al sitio web People´s Daily Online.
A los 20 años de edad, después de la muerte de su padre y de su hermano mayor, Chen comenzó a entrenar sus pies. Sintió que tenía que ayudar a su madre al verla trabajando todo el día e incluso prepararando la comida cuando regresaba a la casa.
Desde julio de este año, Chen divide su tiempo entre el trabajo en la agricultura y su madre, que sufrió una parálisis y perdió parte de la movilidad de su cuerpo.
Desafíos diarios
El cuidado de una madre anciana es una de las muchas tareas diarias de Chen. Él cocina tres comidas por día, incluso corta las verduras con los pies y quita la chala del maíz. También se encarga de toda la cosecha de la plantación, además de cuidar un rebaño de 24 ovejas, 2 búfalos y 4 gallinas.
Al utilizar sus pies durante todo el año, el agricultor sufre severamente el frío en el invierno, sin embargo, eso no es un obstáculo para él.
En China, las personas con alguna discapacidad recurren a pedir limosna en las calles. Sin embargo, Chen siempre creyó en sí mismo y en su fuerza de voluntad.
Vivir una vida modesta al lado de su madre es todo lo que él ha conocido, y eso no lo entristece. “No puedo dejar a mi madre sola en casa, sobre todo ahora en su vejez.”
Superación
Desistir es la salida de los débiles, pero perseverar siempre será la solución para los fuertes. Chen también podría haber desistido de entrenar sus pies, por ejemplo. ¿Quién le aseguró que tendría éxito? Sin embargo, por no escuchar a las personas, él se superó a sí mismo y creyó en la fuerza que existía dentro de sí.
Y usted, ¿cómo ha sido? ¿Y si en lugar de quejarse de lo que no ha funcionado, decide seguir otro camino, “entrenar” otra habilidad? Si usted hace algo diferente a partir de hoy, seguramente, tendrá resultados diferentes también. Participe de una reunión en una Universal más cercana a su domicilio.
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