La infección del tracto urinario (ITU) constituye una de los principales motivos de consulta médica, solamente perdiendo para las infecciones respiratorias. Así, es importante definir y caracterizar la infección urinaria y explicar los términos más usados por los médicos
Un 2% de los niños y un 8% de las niñas tendrán un episodio de infección urinaria antes de los 10 años de edad. Un 15% de los hombres menores de 35 años tendrán un episodio de infección urinaria. Un 25-35% de las mujeres entre 20 y 40 años sin factores de riesgo tendrán una infección urinaria. De las infecciones que se presentan en un hospital el 40% es de origen urinario.
La mayoría de las bacterias responsables de esta patología provienen del intestino grueso y entran en la vejiga en forma ascendente luego de haberse instalado inicialmente en la uretra, es decir, colonizan la zona uretral y periuretral.
Si las bacterias vencen estas defensas ganan y generan una respuesta inflamatoria en el individuo (al que llamamos huésped) que de acuerdo a la magnitud y localización de la misma la infección se manifestará como:
– Pielonefritis aguda
– Cistitis aguda
– Prostatitis
– Bacteriuria asintomática
Pielonefritis aguda
Es la inflamación de la pelvis renal (vía urinaria alta) y del riñón causada por una infección. Se caracteriza por presentar dolor lumbar unilateral o bilateral (de uno o ambos riñones) que se puede extender al abdomen inferior (bajo vientre) asociado a fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos.
Puede asociarse a cistitis.
La pielonefritis aguda se trata con antibióticos durante 10 a 14 días. Dependiendo de la presencia de factores de riesgo y gravedad del cuadro podrá requerir de internación hospitalaria, estudios complementarios y antibióticos endovenosos.
Cistitis aguda
Es la inflamación de la vejiga. La cistitis aguda bacteriana es la inflamación de la vejiga causada por una infección. Habitualmente se caracteriza por ardor intenso al orinar, aumento de la frecuencia al orinar, a veces incontinencia de orina y con menor frecuencia por la aparición de sangre en la orina (hematuria).
Es más frecuente en las mujeres en edad sexualmente activa. Cuando es recurrente, es decir que repite más de dos o tres episodios en el año, una vez descartadas las alteraciones anatómicas se las vincula con una predisposición biológica a padecerlas.
El tratamiento habitual consiste en antibióticos por un período de 3 o 7 días asociados a analgésicos o antiespasmódicos urinarios. La duración del tratamiento dependerá de si hay factores de riesgo que serán evaluados por el médico.
Prostatitis aguda
Es la inflamación aguda de la próstata provocada habitualmente por el ingreso de orina infectada dentro del tejido prostático. Los síntomas son fiebre, ardor y dificultad para orinar, dolor perineal (dolor y sensación de peso entre los testículos y el ano).
Existe otra forma de presentación más frecuente que es la prostatitis crónica y se manifiesta como episodios de infección urinaria reiterada y menos síntomas.
Los siguientes factores también incrementan las probabilidades de sufrir una infección urinaria:
– Diabetes
– Edad avanzada (sobre todo las personas en asilos de ancianos)
– Problemas para vaciar completamente la vejiga (retención urinaria)
– Orina turbia o con sangre que puede tener un olor fuerte o fétido
– Fiebre baja
– Dolor o ardor al orinar
– Incontinencia intestinal
– Próstata agrandada, uretra estrecha o cualquier elemento que bloquee el flujo de orina
– Cálculos renales
– Permanecer quieto (inmóvil) por un período de tiempo largo (por ejemplo, mientras se está recuperando de una fractura de cadera)
– Embarazo
– Cirugía u otro procedimiento que involucre las vías urinarias
Prevención
– Lavado de manos
– Mantenga el área genital limpia
– Usar los antibióticos en forma prudente
– Tome mucho agua
– Evite los pantalones apretados
Consulte con el médico si presenta síntomas de una infección urinaria o si los síntomas regresan poco después del tratamiento con antibióticos.