¡Buen día, obispo!
Desde niño soñaba con ser un jugador de fútbol. Crecí luchando por eso, pero, a los 22 años, cansado de tantas desilusiones, estaba desistiendo. Fue cuando llegué a la Universal, lugar donde aprendí a usar mi fe y, solamente a través de ella y del Poder de Dios, logré firmar mi primer contrato en Israel, conquistar todos los títulos, jugar en la Champions League, UEFA, ser considerado por más de un año el mejor jugador en Israel y ser convocado para la selección del país.
En la Universal aprendí a ser fiel, a sacrificar a Dios y a luchar para conquistar. Hoy, con una inmensa gratitud, puedo decir que llegué adonde jamás soñé. Dios hizo en mi vida mucho más de lo que un día pude imaginar. Después de 14 años, establecí aquí una carrera sólida y llena de conquistas.
Hoy finalizo mi misión en las canchas, me despido dejando el ejemplo y el buen testimonio.
Ahora, mi objetivo será alcanzar a los sufridos y desahuciados, así como yo lo era.
Grabé mi video anunciando mi retiro en el Templo de Salomón, para que judíos, árabes y todos los que me conocen en Israel, sepan que en San Pablo – Brasil, existe un pedacito de Israel, un lugar de paz que emana la Fe de Abraham y reaviva nuestra alma.
Muchas gracias por todos estos años de dedicación, entrega y, por encima de todo, por no haber desistido jamás. Soy fruto de esos sacrificios de usted.
Gustavo Boccoli