La vida de María Inés se encontraba destruida. Era tanto el dolor que cargaba que hasta pensó en terminar con su vida. Sin embargo, algo sucedió y cambió su historia. Así lo relata ella:
«Mi marido estaba detenido. Por eso, debía cumplir el rol de mamá y de papá al mismo tiempo. Tenía que llevar a mi hijo a la escuela, trabajar, visitar a mi esposo y ocuparme de la casa. Era mucho para mí.
A causa de esa situación, me enfermé, no podía dormir y sufría de depresión. Cuando tenía ataques de pánico, una vecina me llevaba al hospital y me daban tranquilizantes. Debido a la medicación, andaba dormida, como si fuera un zombi y cruzaba la calle sin prestar atención.
Por otro lado, tenía problemas económicos. Ganaba poco y lo distribuía entre los gastos de la casa, de mi marido y del abogado. También solicitaba préstamos, no los podía pagar y me endeudaba más.
Quise quitarme la vida en dos oportunidades. Una noche, dejé la llave de gas abierta. En otra oportunidad, mientras mi hijo dormía, me ubiqué al lado de su cama con un cuchillo; lo iba a matar y luego me iba a suicidar. Era muy duro lo que estaba viviendo, estaba sola y no encontraba una salida.
Llegué a la Iglesia Universal gracias a la invitación de una tía. Comencé a participar de las reuniones y pude dormir por las noches. La iglesia se convirtió en mi refugio cuando estaba mal. Me entregué a Dios, dejé de lado mis miedos y mi mal carácter. El Espíritu Santo me fortaleció y me convirtió en una persona con fe y segura de sí misma. Las puertas comenzaron a abrirse, mi marido salió de la cárcel, mi economía cambió y ya no tengo deudas. Es más, tenemos cabañas y nuestros autos.
Hoy disfruto de mi familia. Tuve más hijos y ellos no pasan necesidades, pueden comer y vestirse con lo mejor. Mi matrimonio es una bendición, ya no discutimos, hay diálogo, paz y comprensión.
Desde que decidí entregarme a Dios y dejar que el Espíritu controle mi vida, nada es como antes. Les digo a las personas que están pasando lo mismo que yo viví que hay una salida, solo hay que depositar la fe en Dios».
TU VIDA VALE MUCHO
Si, al igual que María Inés, acumulás sentimientos de tristeza, miedo, desánimo y pensamientos de que tu vida no vale la pena, hay una salida. Participá de las reuniones de la Universal más cercana a tu domicilio. Escucharás mensajes que te ayudarán a superar bloqueos y sufrimientos.
Ella asiste a la Iglesia Universal ubicada en Av. Emilio Olmos 402, Córdoba.