Gladys Barrientos encontró, a través de su fe, la solución a sus problemas en el Dios de lo Imposible. Ella tenía mucha angustia y un complejo de inferioridad que la hacía culpar a todos por sus problemas. Esto le impedía visualizar un presente y un futuro mejor.
“Siempre pensaba que la culpa de mis problemas era de los demás, hacía esto porque creía que iba a estar bien evadiéndolos, pero no era así. No me esforzaba para resolver este problema y con el paso de los días empeoraba.
Llegué a estar depresiva, para mí todo era malo, incluso mi salud se vio afectada ya que sufría del corazón y debía tomar medicación.
La situación me hacía sentirme acorralada, esto me llevó a intentar quitarme la vida. Era mucho el sufrimiento. Sin embargo, cuando tuve la posibilidad de acercarme a la Universal descubrí que tenía una fe poderosa. Esa fe puesta en acción hizo que toda mi vida cambiara.
Superé todo lo que me afectaba, la angustia, la depresión y el complejo de inferioridad ya no forman parte de mi vida. En la iglesia aprendí a ver las cosas de manera diferente y luché por mi sanidad. Hoy soy una mujer feliz que le sonríe a la vida. El Dios de lo Imposible me sanó y me liberó de todo”.
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