La cumbre de los Estados más industrializados del planeta transcurre en París y contará con la participación de firmas como Facebook, Google y Amazon. Las conclusiones que surjan de las conversaciones sobre la necesidad, o no, de contar con una regulación gubernamental de los contenidos y acciones de Internet serán debatidas por los líderes mundiales la próxima semana.
La atípica reunión, que pone en agenda de los presidentes a la red, es una muestra de una discusión que se plantea en todos los ámbitos: qué tanto y hasta dónde se puede regular el mundo cibernético.
Por el momento, Europa es una de las regiones que más avances logró en materia de fiscalización por el temor de que los millones de datos que circulan se les puedan ir de las manos sin control estatal.
Entre los principales impulsores de esa premisa, se encuentra el mandatario francés,anfitrión del “e-G8”, Nicolas Sarkozy. “Desde el momento en que Internet se convirtió en parte de la vida de la mayoría de la población, sería una contradicción mantener al gobierno lejos de este inmenso foro. Nadie puede o debe olvidar que los gobiernos en las democracias son los representantes legítimos de la voluntad popular”, advirtió.
Otro Estado que podría sumarse a esa postura es los Estados Unidos. Si bien originalmente se mostraban reticentes a incluir el tema de la regulación en el encuentro, finalmente cedieron. La creación de un catálogo de “buenas conductas” en línea será su propuesta.
La Comisión Europea presentará, en tanto, una serie de polémicas recomendaciones, entre las que se encuentra usar a los proveedores de servicios de Internet (ISP, por sus siglas en inglés) como intermediarios para denunciar a quienes descarguen ilegalmente música y películas.
Desde la empresas se alzarán, esperablemente, las voces a favor de mantener el status quo. John Perry Barlow, cofundador de la Electronic Frontier Foundation, una organización que defiende los derechos digitales de las personas, señaló que “civilizar la web implica libertad, apertura y la mínima regulación”. “Diría que de eso no se trata esta conferencia”, afirmó.
Otras de las grandes preocupaciones es si en tiempos 2.0 se debe o no controlar lo que se publica. El aún fresco recuerdo del papel protagónico de la red en las rebeliones civiles en Medio Oriente o en la denuncia de represión en el régimen iraní -lo que le valió su candidatura al premio Nobel de la Paz- juega a favor de mantener la libertad de publicación.
Pero el temor de que ese poder de divulgación y convocatoria llegue a otras latitudes llevó al gobierno indio a introducir severas leyes sobre el tipo de contenido autorizado. Según el texto, cualquier comentario que sea considerado como “objetable” tendrá que ser removido del sitio en un período no mayor a 36 horas.
Entre los contenidos prohibidos, se encuentran aquellos “muy dañinos, acosadores, difamatorios y blasfemos, obscenos, pornográficos, pedófilos, invasivos de la privacidad de otra persona, con odio, racistas, que alienten a lavar dinero o apostar, o que violen la ley de cualquier otra manera”.
“Durante la revolución de El Cairo, mucha de la información se difundió gracias a las redes sociales. Regulaciones como ésta podrían impedir que la gente hable en Internet porque alguien podría considerar sus comentarios objetables”, aseguró Nikhil Kumar Verma, el tuitero con más influencia en India.
Foto: Reuters
BBC Mundo