Los científicos creen que el uso de dispositivos de este tipo, puede masificarse para el 2030
En todo el mundo, son muchos los estudios científicos desarrollando implantes de microchips. Uno de los tantos – realizado por investigadores del Instituto de Ciencias Matemáticas y de Computación (ICMC) de la Universidad de San Pablo (USP), en San Carlos– prevé el implante de un chip en la parte más externa de la corteza cerebral de personas con problemas motores.
La idea es que, al activarse, el dispositivo logre comandar los movimientos de una persona con deficiencia física por medio de un exoesqueleto (especie de esqueleto artificial hecho de metales resistentes).
“A medida que un campo magnético mantenido fuera de la cabeza se aproximara al chip, se energizaría y comenzaría a leer y enviar comandos del cerebro hacia afuera, utilizando esa misma energía”, explicó Mario Alexandre Gazziro, profesor del Departamento de Ciencia de la Computación de la USP, en una entrevista a Agencia Brasil.
El mecanismo aun está en estudio por el grupo de investigadores brasileños, en asociación con la Universidad del Sur de Florida, en Estados Unidos.
“Con seguridad, esa es la solución más promisora para hacer que, por medio de esqueletos mecánicos o robotizados, parapléjicos y personas con otras deficiencias vuelvan a caminar”, afirma el profesor.
Como en las películas de ciencia ficción
Gazziro usa algunos films de ficción científica para ilustrar el experimento. Explica que el nuevo chip funcionaría de manera semejante al sistema implantado en el personaje de Neo, del filme Matrix, pero sin el uso de un hilo.
“Imagine, la conexión se hace en la cabeza de los personajes del film, pero en el caso de este chip, se haría solo si nos acercáramos a la cabeza. Esa es nuestra propuesta: una interface que colocamos en un chip dentro del cerebro y ‘conversamos’ con el chip sólo aproximándonos a éste”.
Con un estudio de 3 años, la investigación pretende apuntar al desarrollo de chips sin hilo y de bajo consumo. Después de la conclusión, el dispositivo será testeado en ratas, antes de ser usado en pacientes.
“Estimamos que su uso será corriente alrededor del 2030. El proceso de validación para humanos, lleva más de 10 años. Estamos con el plan de terminar nuestros chips entre el 2018 y el 2020. A partir de entonces, serán más de 10 años de estudios clínicos para poder validarlo para uso comercial”, explicó el investigador.
Visión espiritual
Según el obispo Edir Macedo, líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios, el uso de estos dispositivos aun no tienen importancia aunque sea obvio que las actuales pruebas tecnológicas servirán en el futuro, para la implantación del imperio del anticristo.
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