La ciudad de San Pablo recibe a miles de inmigrantes hispanoamericanos entre paraguayos, peruanos y, en su mayoría bolivianos. Muchos de ellos sufren con la discriminación, la miseria y el trabajo esclavo.
Ellos trabajan ilegalmente en la fabricación de ropa en pequeños talleres en el centro de la capital de San Pablo, que también sirven de vivienda, muchas veces, para familias numerosas. Llegan a trabajar hasta 17 horas por día.
La sensación de abandono en un país extranjero, el cansancio y la tristeza comienzan a ser parte de la rutina de esas personas. Sin embargo, muchos hispanoamericanos, buscando la felicidad y la salvación se acercan a la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD).
Las reuniones se realizan al lado del Cenáculo de Bras, en la zona este de la capital paulista, reúnen a cientos de ellos, que después de oír la Palabra, se sienten más fuertes y seguros. El trabajo es desarrollado hace 7 años por el pastor Ricardo Cis, argentino casado con una brasileña, Carlinda Tinôco Cis.
Muchos ya tuvieron un encuentro con Dios, fueron obreros y pastores. Vea el video con el relato de quien, con mucha esperanza y fe, recomenzó su vida gracias al Señor Jesús.