En las ciudades con la mayor concentración de judíos, es común que veamos, en diciembre en medio de adornos navideños, un gran candelabro con nueve velas – a veces con adornos a los pies, como curiosos peones y monedas, además de regalos. Estos ornamentos se refieren a la fiesta de Janucá o hanukkah (se pronuncia de la misma manera como se lee), la celebración del fin de la dominación de los asirios sobre Israel, cuando los judíos pudieron reconstruir el Templo de Salomón, destruido en la época en la que cayeron cautivos.
A algunos les gusta decir que el Janucá es la sustituta judía de la Navidad cristiana, con comidas, juegos y la distribución de regalos en la misma época del año – lo que no es aceptado por algunas corrientes judías.
Nueve días de luz milagrosa
Hanukkah, en una transliteración del hebreo, quiere decir “dedicación”. En el siglo 2 a.C., el régimen sirio-helenístico del emperador Antíoco dominaba a Israel. Antes los judíos eran libres para expresar su cultura y su fe, si pagaban impuestos a Siria. Con el tiempo, Antíoco quiso asimilarlos a las costumbres griegas. Prohibió los aspectos judíos, incluyendo el estudio de la Torá.
Un grupo de judíos se rebeló y, a pesar de una severa reprensión del ejército de Antíoco, venció a los dominadores. Los rebeldes entraron triunfalmente en la recuperada Jerusalén en el año 164 a.C., y se dirigieron directamente al Templo de Salomón, hasta entonces profanado y destruido. Limpiaron el edificio como pudieron y realizaron una reinauguración simbólica.
En la recuperación del Templo, llegó el momento de iluminar nuevamente la Menorá, para la que solo debían utilizar aceite de oliva autenticado por el sumo sacerdote. Lo buscaron en todas las dependencias del edificio y solo encontraron un pequeño jarro con aceite. Aquella pequeña cantidad de óleo, milagrosamente según cuenta la tradición, alimentó el fuego durante 8 días (siendo que el mismo solo alcanzaría para un solo día), hasta que un nuevo envío de combustible llegara. Por eso el Janucá es conocido como la Fiesta de las Luces, o Fiesta del Fuego.
A partir de ese momento en adelante, los judíos empezaron a guardar el feriado durante ocho días, basándose en la duración de las luces de la reconquista de Jerusalén. Hoy en día, Janucá se celebra mediante una menorá especial con nueve velas o lámparas (eléctricas o de aceite). Una de las velas es la ayudante, que sirve para encender las demás sucesivamente, una por noche.
Bajo la luz del candelabro, los niños juegan con un trompo de cuatro caras con letras hebreas, el dreidel (fotos a la izquierda), es un juego en el que apuestan monedas doradas con dibujos relativos a la fiesta. Se realizan comidas especiales como el latke de papa (una especie de canelón) y el sufganiot, un dulce.
En los Estados Unidos y en algunos países europeos también son comunes tanto los adornos navideños como los de Janucá en tiendas y Shoppings, en consideración a las dos culturas cuyas fiestas hacen de diciembre un mes diferente en casi todo el planeta.
En el recuento del calendario gregoriano, o el que seguimos del 2014, Janucá se celebra desde el día 16 y termina el 24 de diciembre.
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