En otra oportunidad publicamos el comportamiento que debe tener un líder con respecto a los empleados para poder liderar con confianza. Sin embargo, el hecho es que no siempre es fácil para un empleado soportar al jefe, ¿no? ¿Quién no ha trabajado o desarrolla sus actividades en un lugar donde todo está bien mientras el patrón no está cerca?
Muchos empleados tienen la sensación, inclusive, de que cuando el patrón no está todo sale de mil maravillas, pero basta la presencia del jefe, un e-mail o una llamada descortés para trabar los engranajes y causar efectos negativos en el trabajo.
Los patrones acostumbran reunir a su personal y hablarles de “ponerse la camiseta”. En ese momento se escuchan frases como: “somos una familia” y “necesitamos producir más para el bien de nuestra empresa”.
Mientras tanto, la preocupación es que los empleados produzcan más, incrementando la ganancia, para que el patrón pueda hacer “ese viaje” con la familia o comprar “esa casa” con la cual sueña su esposa o ese modelo nuevo de auto. Lógicamente esos sueños son posibles para todos, respetándose los límites de la lógica cristiana y del sentido común.
El mal humor
Una investigación divulgada en junio de este año, por el Instituto de Investigación y Orientación de la Mente, afirma que 70% de la población sufre estrés en el ambiente corporativo. Cada vez es más común el problema causado, sobretodo, por la convivencia con jefes y colegas agresivos.
El estudio, realizado entre mayo de 2012 y 2013, con 1,5 mil personas, señala que el 38% de los entrevistados creen que el malhumor del jefe y de los colegas es el principal responsable del estrés laboral. El factor “forma de relacionarse” se posicionó después de “exceso de trabajo” (23%), “presión por resultados” (18%), “búsqueda de la perfección” (11%) y “miedo a ser despedido” (7%).
¿Cómo mantener el control?
Aun cuando el patrón y el empleado son cristianos, la relación entre ellos muchas veces resulta, tormentosa. Los especialistas dan algunos consejos para lidiar con la tensión:
– Pare 15 minutos, desconéctese de todo y respire;
– Disminuya sus metas diarias y distribuya las tareas con el equipo, de tal manera que pueda responder a las demandas del servicio, sin desorden.
– Cuando sea posible, adopte horarios flexibles de trabajo, a fin de coordinarlo con su reloj biológico.
¿Qué dice la Biblia?
El Libro Sagrado también nos ayuda a proceder en esas situaciones difíciles. El deseo del Señor es que haya armonía entre el empleador y el empleado, sin embargo no siempre es así.
La corrupción del pecado hace que los hombres siempre busquen sus intereses, no tanto el de los demás, mientras que la Palabra de Dios dice lo siguiente: “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.” Efesios 4:2
Vale destacar que el Señor Jesús enseñó que el que quisiera ser el mayor, debe ser el que más sirva. Eso se refiere tanto al empleado como al patrón. La Biblia también dice en Colosenses 3:22-25: “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.”
Por otro lado, si bien existen malos ejemplos de empresarios, también existen buenos modelos a seguir. Muchos emprendedores invierten tiempo y dinero en entrenar y capacitar profesionalmente a sus empleados, estimulándolos a crecer, producir y ganar más. Esos son empresarios con visión.
El empleado tratado con dignidad “se pone” naturalmente la camiseta de la empresa. “Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, cuando ellos contendían conmigo, ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo? El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz?” Job 31:13-15.
Por todas las palabras que la Biblia nos presenta, es posible darse cuenta que las buenas relaciones entre empleados y empleadores dependen del esfuerzo mutuo-de uno hacia el otro- en la medida que Dios determina. Tenga un vínculo con Él y alcance el éxito, siendo empleado o patrón.
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