Luego de ser bautizado, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu Santo. Allí permaneció 40 días sin comer y enfrentó todas las adversidades de aquel lugar. En estas condiciones, el diablo se le apareció para tentarlo.
El Señor Jesús rechazó cada propuesta de Satanás a través de la Palabra de Dios y, de esta forma, nos enseñó a vencer las sugerencias del mal.
Todo cristiano pasa, en algún momento de la vida, por desiertos: circunstancias difíciles, que se deberán enfrentar sin la ayuda de los demás. Pero detrás de cada desierto hay un propósito Divino, debido a que, al atravesarlo, se desarrollará la fe, la confianza y la dependencia en Dios.
Discernimiento
Así como el diablo utilizó los versículos bíblicos para intentar distorsionar la Palabra de Dios y consecuentemente engañar a Jesús, en los días de hoy, nada cambió. Por eso, para evitar ser manipulado por Satanás, es importante que el cristiano tenga una comunión con Dios. De esta forma, obtendrá discernimiento para saber cuándo es la voz de Dios y cuándo no.
Su desierto
Si usted está enfrentando un momento complicado, entonces actúe como lo hizo el Señor: santifíquese y conéctese con la Palabra de Dios, ¡haga uso de su fe! Permanezca fiel al Altísimo y Él le será fiel también.
“Entonces el diablo lo dejó; y he aquí vinieron ángeles y Le servían.” Mateo 4:11.