¿Por qué es tan difícil controlar el acceso de adolescentes a internet?
Los adolescentes invierten cada vez más en relaciones por internet y, en medio al boom de las redes sociales, los padres cuestionan cuál sería la mejor manera de controlar el acceso de los hijos a la red. Se habla mucho al respecto de la pedofilia, secuestros e incluso de asesinatos, como consecuencia de la falta de preparación y de la ingenuidad de los jóvenes. No obstante, un problema menos comentado, pero que puede llevar a mucho sufrimiento, viene mostrando una fuerte tendencia entre las relaciones de los internautas: el bullying.
En lugar de interactuar de manera saludable, muchos adolescentes usan internet para ofender y calumniar a sus colegas. Ese comportamiento sirve de alerta para la falta de atención de los padres con el tipo de actitudes que los hijos son capaces de tomar, cuando pueden “esconderse” detrás de la pantalla de la computadora. La psicóloga Leila Tardivo, del Instituto de Psicología de la Universidad de San Pablo (USP), observa que, en general, es muy difícil controlar a los adolescentes.
“El problema es que muchos padres quieren establecer un control en la adolescencia, pero la relación tiene que estar basada en el diálogo, en la conversación e incluso en el control, desde temprano. Es fundamental que se establezca una relación cercana, pautada en muchos ejemplos, para mostrar los males de poner fotos y hacer perfiles falsos, porque a veces ellos no evalúan los riesgos que están corriendo”, orienta.
Al hablar sobre la cuestión del cyber bullying, la psicóloga explica que el problema acostumbra a partir tanto de personas que crean situaciones falsas para envolver al adolescente, como de personas conocidas que pelean en la escuela y aprovechan la red para ofender, provocando mucho sufrimiento. “Hemos acompañado casos de ataques por internet. Muchachitas se matan a causa de eso, de fotos y filmaciones hechas en el celular. Es importante que los padres y educadores conversen mucho, alertando sobre los riesgos que todo eso puede traer al desarrollo, a su integración y a la integridad física y emocional”.
Leila revela una gran preocupación con la banalización de la violencia e identifica una manera diferente en las relaciones de la sociedad actual. “Todo es broma, pero una broma que hace sufrir, enojar. Es muy importante concientizar de verdad. Los propios adolescentes están preocupados. Lo más importante es que los padres se mantengan presentes en la vida del hijo, sin embargo no sólo como medio de fiscalización y de forma rígida, sino demostrando cuidado.”
El estudiante Matheus Lima, de 15 años, que afirma pasar aproximadamente 7 horas por día en la computadora, admite que muchos adolescentes no tienen responsabilidad y que algunos les faltan el respeto a sus compañeros a través de internet. Pero, a pesar de afirmar que aun no considera el problema muy común en su círculo de amistades, cuenta que supo de casos de falta de respeto e incluso de persecuciones provocadas por la convivencia on line. Para evitar que extraños tengan acceso a su información personal, el joven busca no pasar algunas informaciones personales, como dirección y nombre de la escuela, por ejemplo.
“Hasta hoy nunca presencié una situación grave, pero sé que es muy común que sucedan. Yo no me relaciono con personas distantes, que no conozco. Algunos amigos, que aceden a chats, generalmente dan informaciones personales y terminan siendo perseguidos de una manera desagradable, pero nada grave. Las ofensas no pasan de internet”, cuenta y agrega: “Con el pasar del tiempo, las personas se sienten cómodas al conversar en internet, llegando a establecer una buena amistad, como si se conocieran personalmente. Muchos amigos míos y yo, en algún momento, nos dimos cuenta que sería bueno disminuir el uso porque eso afecta las notas. Pero nunca perdí el interés por la convivencia social ni la familiar.”
Herramientas de control
Matheus confiesa que la convivencia on line es suficiente para que las relaciones por internet sean más cercanas, lo que podría facilitar el acercamiento de las personas mal-intencionadas. Él dice que, generalmente, los jóvenes saben esquivar las herramientas de control sobre el acceso a internet. “La mayoría conoce esos sistemas”.
Leila explica que, a pesar de ser eficaces, las herramientas de control de acceso no pueden verse como la solución ideal para los problemas que el mal uso de internet puede provocar en la vida de los jóvenes. “Existen programas que pueden ser instalados en el propio equipo, pero claro que no será posible controlar el 100%. Los padres pueden vigilar y precisan estar atentos si el adolescente, por ejemplo, se aísla mucho y queda solamente en la computadora o no tiene relaciones personales. Evalúe la calidad de vida de él; si está en la escuela, si está integrado en un grupo”, aconseja.
Eduardo y Dione Mendes, padres del adolescente Gabriel, de 13 años, establecieron una forma de control para buscar saber lo que mantiene tanto a Gabriel en ese medio de comunicación. Instalando un programa especializado en la máquina, descubrieron que lo que más atraía a su hijo eran los juegos on-line. No obstante, consideran que invertir en la relación familiar aún es el mejor medio de proteger a los hijos.
“La computadora queda en su cuarto. Nunca sucedió nada, incluso porque él es un niño muy tranquilo, frecuenta la iglesia y nosotros conocemos a todos sus amigos. Pero no hay forma de no preocuparse. Lo más grave para mi es cuando me despierto de madrugada y veo que todavía está en internet. Me asusta. Ya me pasó de despertarme a las 5 de la mañana y que él aún estuviera en la computadora”, cuenta Eduardo.
Para el padre de Gabriel, la principal arma para lidiar con la importancia que la computadora asumió en vida de los adolescentes es el diálogo. “Mi esposa y yo conversamos bastante con él. Buscamos mostrarle, a través de noticieros y reportajes, lo que puede suceder, y estamos siempre atentos para cortar el acceso cuando notamos que está exagerando, incluso para que no estorbe la escuela”, finaliza.