Más de 4 mil jóvenes estuvieron presentes en la reunión “Back to School” (De vuelta a la escuela), en Gaborone, capital de Botsuana. El evento de la Universal fue dirigido a los jóvenes y tuvo la misión de recordarles la importancia del estudio. Este ya sería un marco en la historia del país, si acaso no fuera la cumbre de una acción mucho más compleja y valiosa: la reeducación de Botsuana.
El país africano es uno de los menos habitados del mundo, con solo 2 millones de personas, pero aun así pasó gran parte de la historia como uno de los más pobres de la Tierra. Ex colonia inglesa, Botsuana aún carga cicatrices difíciles de ser curadas, como el gran número de personas por debajo de la línea de pobreza (el 30% de la población) y la contaminación por el virus HIV, que hoy afecta al 25% de los botsuanos. Por eso, es importante educar bien a los jóvenes.
Para el responsable por la Universal en el país, el pastor Alaor Passos, esa es la mejor forma de liberar a gran parte de la población que sufre con drogas y con depresión. “Los estudios van a dar el conocimiento y Dios la sabiduría. Es con ella que las personas tomarán buenas decisiones en la vida”, destaca el pastor.
Pensando en eso, la Universal creó el mayor programa educacional voluntario del país: el “Adopte a School”. Por medio de esta iniciativa es ofrecido apoyo que no se restringe al campo espiritual. Además de él, el grupo de la Fuerza Joven del país ofrece soporte a cerca de 5 mil alumnos de cuatro colegios. Ellos reciben material escolar, uniforme e incluso zapatos. También ministra conferencias motivacionales y antidrogas. Y los profesores miembros de la Universal les dan refuerzo escolar a más de cien alumnos.
Este trabajo es tan valorado que el alcalde de la capital, Haskins Nkaigwa, visitó el templo para agradecer. “La participación de la Universal en las obras sociales ha sido de gran importancia, un ejemplo a ser seguido”.
El joven Ratanang Masebu está de acuerdo. “Mi vida fue transformada en la Universal”, dice. Violento desde cuando era niño, Ratanang solía apuñalar a sus compañeros de la escuela con bolígrafos y, posteriormente, cuchillos, incluso lastimaba a los profesores. La situación era tan grave que fue expulsado de la escuela y de su casa. “Me volví líder de una pandilla. Comencé a consumir y a traficar marihuana, llegué a acuchillar a 87 persona y a ser detenido más de 20 veces. Pasé a dormir en edificios abandonados porque mi familia me tenía miedo”, recuerda.
Después de ser orientado por lo integrantes del proyecto, su comportamiento cambió. “Hace dos años estoy libre del vicio. Tengo mi propio negocio y no soy más violento. Le pedí perdón a todos los que lastimé un día, incluyendo a mi familia”.
Considerado joven, el país fue literalmente adoptado por la Universal, que hace 15 años mantiene 14 templos y una catedral en el país y trabaja en diferentes áreas críticas, como la pobreza, la salud, la explotación sexual, el suicidio y la educación.
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