¿A cuántas formas de comunicación online usted está conectado hoy? ¿E-mail, Facebook, WhatsApp, Instagram, Twitter, Messenger, Snaptchat, YouTube? Son muchas, ¿no es verdad? La impresión que se tiene es que desde la mañana hasta la noche usted está conectado y, muchas veces, incluso durante las madrugadas, usted continúa ahí.
Esa es la misma impresión que el obispo Bira Fonseca, responsable del trabajo de la Universal en los Estados Unidos, adquirió con su experiencia atendiendo a personas con los más diversos problemas. En el blog del obispo Edir Macedo, el obispo Bira escribió: “La verdad es que, con el avance de la tecnología y la informática, las personas duermen y se despiertan con el celular en la mano. Lo último en la noche es el celular. Lo primero del día es el celular.”
De acuerdo con él, las personas se apegan tanto a las famosas “notificaciones” que se vuelven como moscas atrapadas en una telaraña. “No está mal utilizar internet, el celular, la computadora o las aplicaciones. Lo que está mal es volverse esclavo de ellos. Si usted se convirtió en aquella mosquita atrapada en la telaraña (internet), necesita liberación tal cual como un adicto a las drogas.”
Desintoxicación
La “sociedad digitalizada” en la que vivimos hoy causa, entre otros problemas, dos tipos de ansiedad:
*La ansiedad de reconocimiento, que hace que la persona desee cada vez más tener un “Me gusta”, un comentario, que compartan sus publicaciones.
*La ansiedad de conocimiento. ¿Ha visto cuando el celular suena y se vuelve urgente descubrir quién lo está llamando, quién lo etiquetó, quién le puso ‘Me gusta’ a su publicación? ¿La necesidad de saber inmediatamente quien interactuó? Es eso.
El problema es que esas actitudes consumen mucha energía de cada persona y, al final, se muestran infructíferas. La “felicidad” por aquella interacción desaparece en pocos momentos, exigiendo más dosis de esa “felicidad”. Esa dependencia se convierte en un vicio. Es como si la persona se convirtiera en un dependiente químico, sin estupefacientes, pero con la misma necesidad.
“La intoxicación digital” se trata como cualquier otro vicio, aunque, en ese caso, sin sustancias relacionadas a él, sino con conductas”, afirmó el psicólogo Marc Masip, director del Instituto de Psicología Desconecta de Barcelona (España), en una entrevista a la BBC. “Como en una adicción química, es muy difícil dejar el teléfono y las redes sociales, pero es muy fácil volver a involucrarse.”
Por eso, más que librarse del vicio, es necesario entender por qué la persona se volvió adicta y cómo “arrancar el mal desde la raíz”.
¿Cuál es la necesidad?
Internet atrae, principalmente por ofrecerles a las personas modelos de interacción que no existían en la vida real. Tímidos se vuelven extrovertidos, solitarios hacen miles de “amistades”, frustrados pueden descargar su rabia, quien nunca se siente oído ve su opinión compartida por otras personas. En fin, muchos buscan llenar lo que les falta en la vida off-line dentro de internet.
Cuando eso se convierte en un vicio, es necesario comprender lo que atrajo a esa persona. “Desintoxicarse” es importante, pero llenar aquella necesidad de una manera saludable lo es aún más, para que no exista una recaída en el vicio.
La Universal tienen un trabajo especial para ayudar a personas a que se libren del vicio, sea cual fuere. Es el Tratamiento Para la Cura de los Vicios. En las reuniones, las personas aprenden a utilizar la fe para llenar el espacio vacío que la abstinencia dejaría.
Todos los domingos a las 15h en Av. Corrientes 4070 – Almagro o haga clic aquí y vea donde se lleva a cabo el tratamiento.
[related-content]