Este tema últimamente ha sido despreciado por muchas personas y ha sido la razón de que muchas familias estén en total destrucción. Estoy hablando de los valores del pasado, de lo que aprendimos con nuestros padres, de las buenas costumbres de familia. La generación actual llama antigüedad a estos valores.
Pero no podemos olvidarnos de que estas “antigüedades” ayudaron a formar a muchas personas de bien para la sociedad y a solidificar muchas familias. Por más simple que fuera la comida, había placer en estar todos juntos, era sagrado, era imposible sustituir aquel momento, era el momento de la cena.
Los padres se ocupaban de saber cómo había sido el día de sus hijos. Las parejas también compartían los acontecimientos de su día a día. Pero, hoy en día, lamentablemente, esos momentos no existen más. Hoy, cuando la familia se reúne, cada uno está con su celular, tablet, auricular, muchos incluso se levantan antes de que termine la comida para correr al frente de la TV, todo para no estar cerca de la familia. Están los que se encierran en el dormitorio y, ¡ay de quien intente entrar sin permiso!
Antiguamente, los niños eran criados por las madres. Pero, hoy, son criados por las empleadas, por los videojuegos, por los dibujos animados, por internet… Las madres modernas ya no tienen más tiempo ni placer para eso. Los niños eran educados para que no se metieran en conversaciones de adultos y para que respetaran a los más grandes. Sin embargo, muchos se dirigen a ellos faltándoles el respeto. Hablan con ellos como si estuvieran hablando con cualquiera de su edad. Había respeto incluso por el hermano más grande, como si fuera un segundo padre para los hermanos más chicos. Cuando los padres no estaban en casa, él era el responsable por la casa y por los hermanos. Pero, últimamente, hemos oído acerca de hermanos matando a hermanos, hijos matando a padres… Se terminó completamente el respeto.
¿Y en cuanto a pedir la bendición a los padres antes de irse a la cama a dormir y al levantarse por la mañana? Los hijos creían en las bendiciones de los padres, pero eso ha sido raro en los días actuales.
Cuando el muchacho estaba interesado por una joven, iba a su casa para pedirle permiso a los padres y así comenzar la relación. Si el noviazgo se consolidaba, volvía a hablar con ellos para pedirle la mano de ella en casamiento. Pero, ¿a quién le importa eso hoy? “Es anticuado”, así dicen. Hoy en día, cuando los padres descubren el noviazgo de la hija, ya está embarazada y, en muchos casos, ya son abuelos y no lo saben. A causa de eso (la falta de esos valores del pasado), muchas son las esposas que lloran copiosamente todos los días, pues no tuvieron o no quisieron darle la debida atención a esos valores.
No saben ser esposas, madres, amigas, “reinas del hogar”, pues no aplicaron esos valores en sus vidas, justamente por creer que todo eso era “anticuado”. Pero hoy notan que esos valores hacen mucha falta. Es como arrancar las columnas de un edificio, este se va a desmoronar. Y es exactamente eso lo que está sucediendo con muchas familias. Se están desmoronando por falta de ese cimiento, los valores del pasado.
En la familia moderna, la esposa no se somete a su marido, ni el marido ha tenido consideración por su esposa. Esta falta de disciplina en casa lleva a los hijos a las calles en búsqueda de una familia que nunca tuvieron.
Yo pregunto: ¿cuál es la mejor familia? ¿La tradicional o la moderna?
Analice los resultados de ambas.
Sabemos bien que los números de embarazos precoces, de involucrarse en las drogas, de delitos y marginalidad en general crecieron mucho en estos últimos años.
El Salmo 128 tiene la receta para rescatar los valores de la familia.
Este es el modelo a ser seguido: Dios, el marido, la esposa, los hijos.
Marido
Bienaventurado todo aquel que teme al SEÑOR, que anda en Sus caminos.
Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.
– Él es el proveedor, el cazador.
Esposa
Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa.
– Mujer sabia, tiene a su familia en sus manos.
Hijos
Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
– Las plantas de olivo representan la fuerza y la vitalidad de los hijos.
He aquí que así será bendecido el hombre que teme al SEÑOR.
Bendígate el SEÑOR desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, y veas a los hijos de tus hijos.
Paz sea sobre Israel.
Cualquier persona puede tener una casa, un edificio, pero una familia bendecida, un hogar en paz, viene de las Manos de Dios.
Colaboró: Obispo Ubirajara Fonseca