Anatot, en la región de Jerusalén, fue una de las ciudades cananitas conquistadas por los hebreos y dada a la tribu de Benjamín para poblarla, como cuentan los libros de Josué y Crónicas. En ella nacieron el profeta Jeremías, Abiezer (uno de los “Treinta de David” – 2 Samuel 23) y Jehú, otro guerrero compañero de aquel que se volvería el sucesor de Saúl.
En la época del cerco de Senaquerib, de Asiria, sobre Jerusalén, Anatot sufrió bastante. Después que los hebreos fueron liberados de la esclavitud en Babilonia, solo volvieron a la ciudad 128 personas, algunas antes vivían en ella y los demás eran sus descendientes nacidos en el cautiverio (Nehemías 7:27).
Los estudiantes asociaron a la actual Abu-Gosh, en las cercanías de Jerusalén, a la Anatot Bíblica. Los arqueólogos encontraron indicios de que Abu-Gosh fue uno de los primeros lugares habitados en la región de la actual Israel. Con el pasar de las épocas, la localidad ganó relevancia en la agricultura de olivos, uvas y trigo.
Poco a poco la preponderancia judía perdió terreno, y la mayor parte de los habitantes actuales son árabes musulmanes, con una minoría de cristianos. La mayoría árabe contribuyó para que la ciudad se volviera famosa por su culinaria, especialmente los restaurantes que tienen como plato principal de su menú el homus, una sabrosa pasta hecha a base de garbanzos. Algunos críticos llegan a decir que allí está el mejor homus del mundo, principalmente si es regado con el aceite del lugar de excelente calidad.
Otros estudiantes defienden que Abu-Gosh se sitúa en la región antes ocupada por la ciudad bíblica de Quiriat-Jearim.
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