«He aquí, todas LAS ALMAS SON MÍAS; tanto el alma del padre como el alma del hijo MÍAS son. El alma que peque, esa morirá». Ezequiel 18:4
«YO SOY la vid verdadera, y MI PADRE es el viñador. Todo sarmiento que en MÍ no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto». Juan 15:1-2