Usted está allí en su esquina, esperando a la persona que Dios ha preparado para usted. No está ansioso(a), pero espera. De repente, aparece, surge, su corazón se acelera. Ustedes continúan viéndose siempre, teniendo deseos de salir y charlar. Usted se frena, aún no es el momento. Entonces, se da cuenta de que, además de la atracción, surge un sentimiento. Por lo que usted ora, y Dios confirma que es para usted, y pide para que se pruebe lo que Él dice, y sucede. “Caramba”, piensa, “encontré a la persona adecuada”.
Aún siendo la persona que Dios preparó para usted, no se engañe, no va a caer en sus brazos, como un regalo. Hasta Dios le confirmó, usted sabe que es su bendición, pero tendrá que luchar, arremangarse, perseverar y tomar posesión de lo que es suyo. Pero, con sentimientos o emoción usted no llegará a ninguna parte, usted tiene que utilizar su fe.
¿Le puedo dar un consejo? Si está en esta situación que describí, ahogue sus sentimientos, porque sólo le estorbarán. Sea práctico(a) no escuche música romántica, no vea películas de amor, no alimente pensamientos con él o ella, no imagine un cuento de hadas, sólo ore, confíe, espere en Dios. Es eso lo que Él quiere, su confianza en Él.
“No crea ni descrea, sólo confía en Mí”. Es eso lo que Él le dice ahora.
Otra cosa: Observe, no le cuente a nadie, observe. Vea cada movimiento, pruebe, examine. Es la persona con la que pasará el resto de sus días, si usted está en la obra, entonces debe tener aún más atención porque, además de la vida de pareja, están en juego muchas almas.
Si Dios habló con usted que esta es la persona, pídale señales, pero no hable, sólo piense. Ore, Dios hablará con usted, Él confirmará.