Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer.” Juan 15:5
O sea, todo lo que es construido depende directamente del Señor Jesús. Pero ¿cómo es posible hacer algo con Jesús si físicamente Él no está con nosotros?
Cuando Él dijo “sin Mí nada podéis hacer” se estaba refiriendo a los frutos del Espíritu Santo. Es Él Quien dirige, aconseja e instruye. Es el que da la fuerza necesaria para que la persona pueda construir algo para toda la Eternidad.
Muchos cristianos, aunque crean en Jesús, tiene una fe sin sabor, una fe pasiva, creen por tradición, porque aprendieron a creer en Dios desde niños, pero no tuvieron ninguna experiencia con Él. Entonces, cuando esas personas se ven en dificultades, se desesperan. No soportan el calor del desierto (las luchas) y terminan desanimándose y abandonando la fe. Hacen eso justamente porque no tienen el sello de garantía, que es el Espíritu Santo.
Tal vez usted esté débil por los problemas, por las pérdidas -no solo materiales, sino por la pérdida de un ser querido. Usted necesita recibir el Espíritu Santo. Y si usted tiene sed, si quiere realmente, usted puede recibirlo.
Fue lo que sucedió con Zaqueo (Lucas 19). A pesar de que era considerado un ladrón, tenía un gran deseo de conocer a Jesús, y por causa de esa sed que tenía, el Espíritu Santo condujo al Señor Jesús hasta él.
“Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.” Lucas 19:5
Zaqueo estuvo tan feliz y grato, tan lleno de amor y fe, que decidió darle a los pobres la mitad de sus bienes e incluso restituir cuatro veces más a los que les había robado.
“Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.” Lucas 19:8
Dios quiere fortalecerlo
Así como Jesús entró en la casa de Zaqueo y hubo salvación para él y para su familia, lo mismo Dios quiere hacer en su vida. El Espíritu Santo quiere hacer morada en usted.
Y si usted tiene el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús, usted también tendrá la garantía de la resurrección. Porque es el Espíritu Santo que convence a la persona del error. Él la aconseja de manera tan clara que ella pasa a tener una nueva vida.
Y hay más: usted no tiene que pagar por eso. Es gratis. Pero es gratis para los que tienen sed, para lo que tienen hambre, para los que realmente quieren.
Si usted está débil, frágil en la fe, Dios quiere fortalecerlo (a), a través de Su propio Espíritu, el Espíritu de la vida, el Espíritu de la resurrección, el Espíritu de la Eternidad, el Espíritu que nos garantiza vivir por toda la Eternidad.
El que tiene el Espíritu Santo no tiene miedo a la muerte, está seguro hacia dónde va, tiene la Eternidad dentro de sí, porque en él habita la presencia de Dios.
Si usted desea tener esa seguridad, participe del Ayuno de Daniel, del 28 de diciembre al 17 de enero. Para más información, busque una Universal más cercana a su domicilio.
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