El amor tiene el poder de transformar y erguir al caído. El odio todo destruye, fulmina e invalida. Y son muchas las personas que, hasta sin darse cuenta, provocan el sufrimiento de otros. El amor es un don de Dios. Y solamente aquel que está cerca de Él consigue sentir.
Un ejemplo de amor al prójimo son los voluntarios de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) expandidos por toda Argentina, que dedican sus vidas, visitando diariamente comunidades, hospitales, además de abrigos, asilos, cárceles y casas de recuperación de drogadictos.
El objetivo es llevar una palabra de fe a los que aun no probaron la misericordia del Señor Jesús. Siendo el amor un fruto del Espíritu Santo, como todo fruto, nace naturalmente. Si la persona no tiene este sentimiento dentro de ella es porque aun no tiene una experiencia con Dios, y solamente buscando al Señor, podrá cambiar esto. En busca de llevar el amor de Dios a los que aun no Lo conocen, el grupo de voluntarios visita a los sufridos en los asilos, prestando apoyo espiritual a aquellos que están abandonados o que no recibieron la visita de un hijo o de un pariente a meses o años.
Evangelización en el Penal de Mujeres de Bouwer, ubicado al sur de la ciudad de Córdoba
En los hospitales, cuando es permitido, los obreros hacen una oración y llevan palabras de fe que curan y liberan. Y en las comunidades, el trabajo es hecho de puerta en puerta, invitando las personas para participar de las reuniones de domingo, del encuentro con Dios.
Así se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: mas bienaventurado es dar que recibir. (Hechos 20:35) La condición para ser un voluntario es haber aceptado al Señor Jesús como Señor y Salvador, simbolizado por el bautismo en las aguas como arrepentimiento de los pecados. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. (San Juan 13:35)