En todo el país, miles de voluntarios de la Universal ponen sus vidas al servicio de Dios para llegar a quienes quieren una nueva vida.
El trabajo es siempre arduo, muchas veces, los barrios que se visitan son inaccesibles o los lugares están alejados de las grandes urbes.
De cualquier manera, los voluntarios se preparan para brindar apoyo espiritual a quienes lo necesitan.
Visitan hospitales, cementerios, plazas y barrios para apoyar a quienes están pasando una situación difícil. Para que los que buscaron ayuda, pero no la encontraron, tengan la posiblidad de conocer el poder de la fe. Ellos llegan a quienes agotaron todos los recursos y necesitan encontrar a Dios.
Trabajan ad honorem porque alguien los ayudó cuando creyeron que estaba todo perdido y hoy lo único que pueden hacer es ganar almas para Dios.
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